domingo, 12 de julio de 2009

Comunarios de Llaullini apuestan por el turismo con el refugio Huayna Potosí


Los comunarios de Llaullini, población ubicada en el macrodistrito rural de Zongo, a 20 kilómetros de la ciudad de La Paz, apuestan por generar recursos económicos a través del turismo con el refugio Huayna Potosí y con el respaldo de la Alcaldía paceña.

Para este cometido gestionaron ante la Subalcaldía de Zongo la construcción de este refugio casi en las faldas del nevado del mismo nombre, para que sirva de descanso a los turistas que lo escalan.

El representante de los lugareños Alberto Llusco informa que sólo 11 personas de las 37 familias que habitan en Llaullini se interesaron en el proyecto que data de 2006, puesto que la mayoría trabaja en Cobee, empresa generadora de energía eléctrica, incluido el ex dirigente de la población.

Es por ese desinterés, señala, recién luego de dos años de finalizada la edificación del refugio (2007) fue abierto al público, lo cual sucedió hace dos semanas; aunque todavía se prevé su inauguración oficial para el 21 de julio, tras algunas refacciones.

El jefe de la Unidad de Equipamiento e Infraestructura Turística de la comuna paceña, René González, manifiesta que la Subalcaldía de Zongo se encargó de la edificación gruesa de la vivienda, y su Dirección se ocupó de la obra fina.

La infraestructura está hecha de piedra, material característico de la región, y se erige sobre un terreno de 60 metros cuadrados; consta de tres ambientes de descanso, una sala, cocina y baño totalmente amoblados.

“Con este proyecto, la Alcaldía busca la apropiación del espacio, generar empresas comunitarias para su beneficio; son ellos los directos responsables”, dice González. La inversión para la obra fue de 200.000 bolivianos.

El funcionario indica también que por tres meses se capacitó a 12 comunarios en la atención de turistas, con el objetivo de que sean ellos los directos operadores del refugio.

Llusco explica que, si bien aún no arribaron visitantes al lugar, se avanza en gestiones ante al menos dos agencias de viajes para garantizar la llegada de los turistas, de modo que se tengan ingresos seguros. Además se espera que en los siguientes días, cuando el lugar se dé a conocer, haya requerimientos.

Según lo estimado, cada día ascienden al nevado Huayna Potosí unos 40 extranjeros y bolivianos, actividad que se cumple de modo continuo por ocho horas y con descansos de hasta dos días.

Uno de los turistas, quien llegó de Brasil, señaló que viene atraído por el cambio de temperatura que se experimenta a medida que se escala el Huayna Potosí y la maravillosa vista en la altura (6.000 m.s.n.m.), desde donde se puede apreciar el lago Titicaca.

De acuerdo con el tarifario establecido para el uso del refugio, una persona paga 50 bolivianos por el hospedaje de una noche, monto que asciende a 110 bolivianos si también solicita los servicios de desayuno, almuerzo y cena.

González añade que se tiene la iniciativa de ampliar la infraestructura del refugio de Llaullini, lo que implicará incrementar la inversión económica hasta un total de 300.000 bolivianos.

Lo que se pretende hacer es el arreglo de la plataforma y la habilitación de un mirador, un ambiente para los futuros guías y veladores; tareas que tienen el objetivo de aumentar la oferta para que los turistas puedan también quedarse a pasar, por ejemplo, una jornada en el lugar y no necesariamente utilizar el refugio como un paso en su ascensión al nevado.

A lo largo del Huayna Potosí hay al menos tres refugios privados que prestan similares servicios y que operan en el área hace unos dos a tres años.

La mayoría de los llaullineños, dice Llusco, vive en la ciudad de La Paz, obligada a veces porque en esta comarca no existen escuelas.

Alcaldía tiene más proyectos

El jefe de la Unidad de Equipamiento e Infraestructura Turística del Gobierno Municipal de La Paz, René González, destacó el trabajo conjunto entre al Alcaldía paceña y las comunidades del área rural del municipio, porque, en su criterio, generan un movimiento productivo que beneficia a las aldeas y a sus habitantes. Tal es el caso del refugio Huayna Potosí. “Es un gran aporte al desarrollo de la zona”.

En este caso, dijo, son los mismos lugareños de Llaullini que con su producción brindarán atención a los turistas; por tanto, pueden dejar de precisar alimentos de la ciudad, o sólo lo estrictamente imprescindible. Señaló que en esta línea, y a través de una consultoría externa, se identificaron varios puntos en los macrodistritos de Zongo y de Hampaturi aptos para la edificación de espacios destinados al esparcimiento, la capacitación y otras actividades, aunque evitó decir cuáles son.

Otro lugar en que la Alcaldía intervino de igual modo que en Llaullini fue en la comunidad de Chacaltaya, donde se ubica la laguna Pampalarama, apta para la práctica de tareas de alta montaña y pesca deportiva de truchas. El sitio se encuentra a la altura del refugio Huayna Potosí, sólo que su ingreso es por el Plan Autopista.

Ese albergue valió 131.000 dólares, financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo, y se ubica a 4.486 metros sobre el nivel del mar. Allí se encuentra el denominado “malecón”, un paseo de madera desde donde se observan los bofedales y la laguna de la zona, que cuenta con dos embarcaciones para recibir a los visitantes.

Un problema para la llegada de turistas es la falta de transporte público a estos sitios.

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