domingo, 21 de febrero de 2010

Costura chiquitana, una experiencia hecha a mano

“Cáscara de paquió, frutos del bi, hojas de añil son utilizados como tintes naturales para los hilos que son la base para la confección de los tejidos en telar” de la ropa chiquitana.

Esa información se recoge en el libro Una experiencia hecha a mano Mejores prácticas en costura chiquitana; documento apoyado por el Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad) con la ayuda de la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos y la Fundación W.K. Kellogg.

“La costura chiquitana, como parte de esta identidad cultural, se ha venido desarrollando de forma continua gracias a la perseverancia e interés de las mujeres chiquitanas y el apoyo constante de autoridades e instituciones amigas”, destacan.

Ellas se han organizado en asociaciones en las diferentes poblaciones y se dedican al rescate de artesanías textiles tradicionales en la Chiquitanía, basadas en el telar, teñidos con tintes naturales y el hilado tradicional del algodón. La innovación de los diseños aplicados a prendas de vestir modernas son parte del desarrollo de esta actividad.

Se han capacitado en producción, promoción y comercialización. Cuentan con lugares de venta permanentes en 12 municipios turísticos. “Se trata de la puesta en valor de una capacidad natural que se perfecciona en organización social, en autoestima e identidad y hemos comprobado que estas categorías adquieren fortaleza cuando son mujeres quienes las llevan adelante”, destacó el director del Cepad, Rubens Barbery.

En el territorio chiquitano se encuentra la mancomunidad de 17 municipios que ocupan más de la mitad del departamento de Santa Cruz. Seis de sus poblaciones fueron declaradas en 1990, por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad, por su valioso potencial histórico, de recursos y de conservación de las iglesias misionales jesuíticas.

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