lunes, 28 de marzo de 2011

La casa “Nilo Soruco”, un tesoro a punto de perderse

En la casa “Nilo Soruco” se conservan los recuerdos del cantautor. Sus radios; su máquina de escribir, en la que componía sus canciones; sus libros; los reconocimientos que le fueron otorgados por diversas instituciones, un charango, sus guitarras, entre otros.
La casa de la familia de uno de los cantautores más importantes que tuvo Bolivia, Nilo Soruco, la que lleva su nombre, conserva, además de la infraestructura de la época republicana, los recuerdos de la vivencia en ese hogar. Sin embargo, ésta podría ceder en cualquier momento ya que la familia Justiniano, propietaria de parte de esa construcción, no se apersonan para acordar la refacción, pese a las gestiones que realizó la hija del artista, Sonia Soruco.
La casa está ubicada en la esquina de las calles Corrado y Ballivián. Conserva una infraestructura de poco más de 150 años. La construcción que está divida sólo por una pared, pertenece a ambas familias. Las piezas de la propiedad de los Justiniano, no tienen techo, y por la humedad de la lluvia y al no contar con desagüe, las paredes están a punto de caer, situación que podría afectar también  a la parte que habita la familia del cantautor.
La propiedad de la familia Justiniano está abandonada desde aproximadamente hace 15 años. Mientras que la otra parte de la infraestructura está habitada por Olga Verdún de Soruco, esposa del cantautor; Sonia Soruco, la hija; y la nieta de Nilo Soruco. El artista tarijeño falleció en su tierra, luego de una prolongada enfermedad, víctima de un paro cardiaco, el 1 de abril de 2004 a la edad de 76 años.
Antes que ambas familias llegaran a vivir allí, en casi todo el manzano había una casa campestre, cuenta Olga Verdún. Luego allí funcionó el colegio Avelino Raña. Posteriormente pasó a ser un conventillo en donde vivió un conjunto de familias, entre ellas la de los Barrios, Morales, Soruco, Justiniano y Cabrera.
Olga comenta que la casa perteneció a la familia sucesora Rodo Pantoja. La familia del cantautor vivió a un principio allí en alquiler y luego se sometió a un remate en los años 70. Es así cómo se logró comprar esa parte de la casa en la que ahora viven. Sólo contaba con una sala y un corredor. Y tuvieron que construir tres pequeñas habitaciones y un  jardín en la parte de atrás. El lugar en que está la huerta fue rellenado con tierra debido a que tenía tres metros de profundidad.
La casa de los Soruco cuenta con una sala y otras tres pequeñas habitaciones. En todas ellas conservan recuerdos del compositor. Las fotos de la familia están en cada uno de los ambientes.
Una de las piezas fue destinada exclusivamente para guardar las pertenencias de Nilo Soruco. Ahí se observa tres radios; su máquina de escribir, en la que componía sus canciones; sus libros; los reconocimientos que le fueron otorgados por diversas instituciones, por su participación en eventos y sus innumerables trabajos; tres guitarras que fueron sus compañeras mientras recorrió por tantos lugares. Un charango que le obsequió uno de los más destacados charanguistas bolivianos, el chuquisaqueño Mauro Núñez. El instrumento lleva grabado el rostro de Soruco. Se conserva también innumerables escritos de la prensa boliviana acerca de los trabajos y vida del compositor, éstos están enmarcados y pegados en la pared.
La casa de “Nilo Soruco”, a la que Sonia no cambiaría por ninguna, como dijo, fue construida por sus padres, además porque allí vivió junto a familia momento alegres, aunque también amargos, pero que pese a ello, quiere conservarla y que los que le siguen, como su hija y nietos que espera tener, la conserven.
Entre los momentos más tristes que recuerda Olga y Sonia es cuando grupos paramilitares llegaron a su casa con la intención de llevárselo por ser comunista y opositor al gobierno del ex dictador Hugo Bánzer Suárez, en la década de 1970 por lo que se vio obligado a partir al exilio hacia Venezuela donde vivió durante siete años.
Sin embargo, Sonia cuenta también los momentos más alegres que allí pasó, principalmente en su infancia, cuando junto a otros niños salía a jugar a la calle, especialmente en carnaval. “Eran juegos sanos. No había tanto tráfico. Los jóvenes y los niños salían a dar vueltas por todo el manzano”, recuerda.
La familia de Nilo Soruco ahora ve con tristeza que la casa esté a punto de ceder.
La hija del cantautor, comenta que hace mucho querían hacer refaccionar la casa, sin embargo, su padre estaba en el exilio, por lo que no contaban con recursos económicos. Ella quiere que se restaure la fachada de la casa, sin cambiar la arquitectura, pero para eso debe estar también de acuerdo los propietarios del terreno de al lado.
Ante la preocupación de que en cualquier momento las paredes caigan, Sonia hizo conocer a la unidad correspondiente de la Alcaldía Municipal sobre el problema. Desde allí, funcionarios sacaron una minuta en la que conminan a los propietarios de la otra parte de la infraestructura que la arreglen. Sonia también se contactó por teléfono con la otra familia, sin embargo, hasta ahora no logró que se restaure la infraestructura.

1 comentario:

  1. Han pasado 5 años de esta publicación y nadie ha hecho algo por la casa de este ilustre cantautor tarijeño.

    ResponderEliminar