viernes, 29 de abril de 2011

Surge nueva visión sobre la conservación del patrimonio

La arqueología en Bolivia arrastra problemas desde hace unos 200 años, ya que ha existido muy poca experiencia en la cuestión de restauración, manejo de bodegas, en museología y museografía, además en curaduría. Las extensas excavaciones de los años cincuenta —por ejemplo— no estaban a la par con las labores de conservación y de mantenimiento de las colecciones arqueológicas.

La apreciación corresponde al director general de Patrimonio del Ministerio de Culturas, Marcos Michel, quien asegura que después de haberse realizado un diagnóstico se está diseñando una estrategia en función de reconocer que se ha descuidado el patrimonio en el país, principalmente el arqueológico, sin la necesidad de buscar culpables.

Según el experto, una de las causas para el descuido de la riqueza patrimonial surgió por la dirección que encaminó el nacionalismo en el país hace varias décadas.

“El fervor nacionalista no sólo se lo pudo ver en Bolivia, también se expresó en México y Perú, donde se caracterizaron por realzar a una cultura específica y otorgarle una mayor importancia, y se ha descuidado el patrimonio de otras regiones”, explica el Director General de Patrimonio.

Entre los 60 y 70 se registraron áreas enormes de excavaciones arqueológicas en el país que fueron calificadas como las más grandes del mundo, pero a la par se acumulaba un importante material y no existió conservación, tampoco había la formación profesional para que la gente comience a tratar estas colecciones que se obtenían de las investigaciones.

Michel considera que en ese proceso se han registrado daños y parte del momento histórico es reconocer que se cometieron errores y también hubo avances con grandes aciertos. “Actualmente existen grandes depósitos en Tiwanaku sin estudiar, ése es uno de los problemas, el no saber qué hemos acumulado en los últimos años”, explica Michel.

El Director de Patrimonio considera que en Tiwanaku se cuenta con un sitio arqueológico de más de 800 hectáreas de extensión y el área del enmallado es sólo una parte, por lo que hay que trabajar en un proyecto para mejorar las condiciones. “Es un proyecto de todos y del que todos nos vamos a beneficiar como las comunidades locales, todos tenemos que proyectar cómo se va a administrar el sitio. También hay que ver qué se va a hacer con cada fragmento de las toneladas que se acumularon”, menciona Michel, quien asegura que de cada fragmento arqueológico se puede tener un libro de estudio.

La arqueología en Bolivia ha llegado a ese nivel ­y sólo hemos comenzado a mostrar monumentos, pero es el tiempo prudente para cambiar.

“En el actual proceso cultural la revolución nace del corazón y del espíritu de la gente que quiere cambiar. Por eso nuestra propuesta es integral, en la que participamos todos en la preservación de nuestro patrimonio”, dice Michel, quien asume que no podemos continuar con la acción de hace 200 años.

Para el experto es fundamental contar con la normativa legal, como la Ley de Patrimonio, ya que con las últimas leyes se ha otorgado la tuición a los municipios respecto al patrimonio. Las labores fundamentales del Ministerio de Culturas son fiscalizar y normar.

La autoridad anunció que esta gestión se reabrirá el Museo Nacional de Arqueología (Munarq), donde es preciso organizar las colecciones de los depósitos y cumplir con una adecuada conservación. Otro de los aspectos principales para Michel es la formación de profesionales como conservadores, expertos en depósitos de museos y restauradores, por lo que se ha proyectado la implementación de talleres y cursos de posgrado, además de la creación de la carrera de Arqueología en Tiwanaku.


Los museos y las iglesias coloniales

En el país existen centenares de museos que no cuentan con una normativa específica, además hay iglesias coloniales que guardan un patrimonio que es descuidado.

El director general de Patrimonio, Marcos Michel, reconoce que es necesario definir estrategias enmarcadas en una política para que se implementen acciones destinadas a preservar las colecciones arqueológicas existentes. Respecto a la paleontología, Michel dice que no se cuenta con profesionales. “No existe una estrategia que pueda abarcar a todas las iglesias coloniales, que ahora se encuentran bajo la tuición de sus municipios”, dice Michel, quien también reconoce que no existe una normativa para los centenares de museos.

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