lunes, 20 de junio de 2011

Totora. Un pueblo colonial que resurge con la fuerza de su gente

Texto: Claudia Cecilia Siles / Fotos: Max Toranzos
Conocido por su historia rica y por la fertilidad de su tierra, Totora celebra este 24 de junio su aniversario. Son 135 años de muchos desafíos.
El mayor de ellos tal vez fue el terremoto de 1998, cuando el pueblo quedó devastado por los movimientos telúricos y el posterior abandono de mucha gente que optó por migrar lejos de allí.

Hoy, Totora celebra, porque muchos de los que se fueron están de vuelta y han permitido soñar de nuevo en un resurgir de este municipio con la fuerza de la gente que sabe darle vida a esas tierras, ideales para la agropecuaria.
“Se siguen sintiendo temblores leves, pero la gente ya se ambientó”, afirma Martín Uyardo, el oficial de Cultura y Turismo de Totora.

En total son 2.000 personas, aproximadamente, que viven en la ciudad. Otras 500 están en las comunidades cercanas. Es gente que ha decidido impulsar el municipio. Muchos de esos edificios dañados fueron restaurados con el esfuerzo de los propios totoreños, indica el general Oscar Escobar, en una reseña que habla del apego que sienten los lugareños por esta tierra.

Totora es la primera sección municipal de la provincia Carrasco, en el oriente de Cochabamba.
Sus calles de perfiles coloniales se complementan con una hermosa vista de sus campos cultivados con maíz, trigo, cebada, haba y papa. Ahora, con una represa que provee el riego necesario a los cultivos, el futuro de esta zona productiva se teje con más firmeza.

Hay múltiples razones para visitar Totora cualquier época del año, porque sus tradiciones se ven expresadas en el jocheo de toros, la riña de gallos y las múltiples ferias agropecuarias. Este año, sin embargo, Totora espera recibir más visitantes. Una feria agropecuaria, de artesanía, coca y salud abrió los actos. La gestión municipal rindió informes y anunció obras.
Ahora lo que queda es dar paso a una programación que quiere atraer a gente de afuera, que venga a comprar sus productos frescos y recorrer sus pasillos coloniales. Los dos hoteles, el Municipal y el Villa Eva, están listos para recibir a los visitantes.
Tradición. Felipe Vargas tejiendo la lana. En la foto central, Celidonio Flores prepara chicha. Su madre, Luisa Flores, hacía la chicha muku, con maíz mascado.
Ahora solo se hace la chicha wiñapu, con maíz molido. Sus hijos no siguieron la tradición; están en España















Camino. Calles empedradas, casas de adobe como se hacían antes, Así son los rincones que Totora propone a sus visitantes










La gente trabaja la tierra y ha encontrado formas de tener siempre alimentos frescos. Una represa y otros proyectos ayudan a sembrar esperanza en el futuro. totora es un lugar de muchas tradiciones. bailes, ferias agropecuarias y leyendas atraen a los turistas. Dos hoteles ofrecen alojamiento para conocer los encantos de esta zona.
Tarea. Cuando el sol apenas asoma, es hora de programar la jornada. Mucho por hacer para trabajar la tierra


















Camino. Una mujer lleva su carga en la espalda y camina varias cuadras . Entre la sombra de dos tejados, ofrece una vista especial












Contrastes. Un lote de lanas de colores intensos se ofrece en el mercado de Totora. Los niños acompañan a los adultos, mientras las ventas transcurren

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