miércoles, 16 de mayo de 2012

Salinas, el retrato turístico de la Ruta Intersalar

Todos ansiamos realizar un viaje en nuestra vida; un viaje donde lo enigmático y la aventura sean el aditamento infaltable a la hora de cumplir con nuestros sueños. La Ruta Intersalar, en el departamento de Oruro, se abre como un escenario perfecto para cumplir con esos anhelos. Más aún, si el interés es experimentar las nuevas tendencias del turismo “no convencional”.

Iglesias e ingenios mineros de data colonial, monumentos arqueológicos, las dos mayores reservas de sal en el mundo y extensos campos de cultivos de quinua, son algunos de los atractivos que han convertido a esta ruta en una zona privilegiada.

Ubicada en el suroeste del departamento de Oruro, la Ruta Intersalar, geopolíticamente aglutina a varios municipios, pero dos en particular tienen el privilegio de contar en su territorio con la mayor reserva de sal en el mundo: Salinas de Garci Mendoza, capital de la provincia Ladislao Cabrera y Coipasa, segunda sección municipal de la provincia Sabaya.

Razón suficiente para que ambos municipios, desde la perspectiva turística, honren a estas dos reservas naturales como la “Ruta Intersalar”, cuyo recorrido de un salar a otro no supone más de dos horas.

En virtud a ello, en esta oportunidad viajaremos imaginariamente a descubrir varias de las bondades que atesora esta ruta, pero las que se encuentran dentro la jurisdicción del municipio de Salinas de Garci Mendoza: la tierra del “grano de oro”, o si lo prefiere, la “Capital de la Quinua Real”.

Marcada por un paisaje agreste donde la soledad, el clima extremadamente cálido en el día y angustiosamente frío por las noches, seguido por los cambiantes colores geográficos y la posibilidad de ser sorprendido por alguna tormenta de arena, así se manifiesta esta ruta, ubicada a 170 kilómetros de la ciudad de Oruro.

Siguiendo la ruta interdepartamental Oruro-Potosí, en el tramo a Uyuni, la antesala turística a este destino los hacen las poblaciones de Vinto, Machacamarca y Poopó, que forman parte de la “Ruta del Tío”, y Challapata, Huari, Quillacas y Pampa Aullagas, que a su vez hacen la “Ruta de la Atlántida”.

Todas estas poblaciones, según su ubicación, su entorno y su forma de vida, deparan una amplia e interesante oferta de atractivos turísticos de interés, antes llegar a nuestro destino: la Ruta Intersalar.
EN LAS ENTRAÑAS

Una vez en las entrañas de la Ruta Intersalar, el punto de partida es la población de Salinas de Garci Mendoza. Fundada en 1604, por el capitán español José Gutiérrez de Garci Mendoza, esta población que parece detenida en el tiempo, se enorgullece de mostrar a sus visitantes verdaderas reliquias naturales y culturales.

Al caminar por sus polvorientas calles, a simple vista salta la simbiosis de su arquitectura marcada por una estética que habla de la época colonial y la republicana, donde sobresale su iglesia construida en el siglo XVI. No menos importante es la sencillez de las casas autóctonas, que todas juntas, hacen de Salinas una reliquia viviente donde el turismo cultural es la privilegiada.

Parte de su patrimonio arquitectónico también se encuentra en el ingenio minero construido en el siglo XVII, declarado por la otrora prefectura, como Patrimonio Cultural de Valor Histórico y Turístico, para el departamento de Oruro.

Ubicado a unos cinco kilómetros al este de Salinas, esta reliquia arquitectónica cuya estructura fue construida en base a piedra volcánica con aditamentos de argamasa de cal, inicialmente se dice que llegaron a funcionar unos 40 hornos de calcinación, donde los minerales, una vez fundidos eran trasladados hacia Arica.

Los atractivos de la zona no solamente son de carácter cultural, sino también natural.

Por ejemplo, la existencia de un manantial de agua salada y fría que sale a borbotones en las inmediaciones de la fundición, es el otro atractivo que bien merece la pena ser visitada, pues según la creencia popular, éstas contienen ciertas propiedades curativas, gracias a sus componentes mineralógicos.
SITIO ARQUEOLÓGICO ALCAYA

Acurrucado en medio del desfiladero de los “apus” sagrados (cerros), como es el Panturrani y Taypi Qollu, se levanta majestuoso el complejo arqueológico de Alcaya, considerado como el pequeño Machu Picchu del altiplano orureño.

Ubicada a unos seis kilómetros al este de Salinas, Alcaya adopta su propio sello gracias a sus viviendas, silos y otras dependencias precolombinas, todas construidas en piedras y en formas circulares.

Los enterratorios, donde en algunos de ellos aún se pueden encontrar varias momias en posición fetal, más la existencia de tejidos y cerámicas, hacen de Alcaya un ineludible destino para los amantes de la arqueología, cuyos vestigios testifican el desarrollo de la otrora civilización que habitaron el territorio de lo que hoy es Salinas de Garci Mendoza.

Debido al alto valor histórico, cultural y turístico que representa esta reliquia arqueológica para el departamento de Oruro, en la comunidad de Alcaya se ha construido un albergue ecoturístico con todos los servicios.

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