viernes, 22 de junio de 2012

El festejo sufre por las lluvias en Samaipata

La celebración del solsticio de invierno, que simboliza el comienzo del año agrícola en la cultura guaraní y el recibimiento del Año Nuevo aimara (5.520) en la cultura andina, se vivió de forma deslucida ayer en Samaipata por la falta de visitantes en El Fuerte.
La Gobernación y la Alcaldía de la población ubicada a 120 km al sudoeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, organizaron el festejo del lucero del alba en el Centro de Atención al Turista de El Fuerte, a la que asistieron únicamente tres autoridades: Frank Herrera Bassta, alcalde de Samaipta; Luis Alberto Alpire, jefe de gabinete de la Gobernación cruceña, y Teresa Nominé, diputada nacional representante del pueblo ayoreo.
Los festejos se iniciaron a las 18:00, con la toma simbólica de la plaza 15 de Diciembre por las diferentes delegaciones indígenas como los guaraníes, los guarayos, ayoreos y aimaras, para subir hasta las faldas de la colina donde se encuentra la piedra tallada, declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Alrededor de 500 personas, entre lugareños y turistas, hicieron vigilia para recibir el lucero del alba acompañados de la música del grupo México Chico, la tamborita guaraní Iyambae y música folclórica nacional.
A las 5:30, cuando el amauta Jorge Carvajal Huanca y un grupo de visitantes se aprestaban a subir hasta las orillas de la roca, fueron interceptados por los vigilantes del Centro de Investigación Arqueológico de Samaipata (CIAS), lo que provocó decepción y molestia, pues esperaban el saludo al ‘Tata Inti’ en el lugar acostumbrado.
“Entre los gobiernos nacional, departamental y local se ha diagnosticado que la roca está sufriendo un proceso erosivo y de deterioro, es por eso que desde este año decidimos realizar los rituales y celebración en este complejo”, explicó Richard Alcázar, arqueólogo residente en CIAS.
La discusión acalorada casi llega a los golpes porque algunas autoridades y visitantes estaban con los ánimos exaltados. Luego de resignar sus intenciones, la caravana decidió realizar el ritual en la fogata del complejo turístico.
En el acto también intervino el yatiri local Claudio Quinteros. Los pocos visitantes que resistieron el trajín de la verbena levantaron sus manos para recibir los primeros rayos del ‘nuevo sol’.

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