martes, 5 de junio de 2012

Tupiza “La Joya de Bolivia”

Tupiza es en verdad, la “joya de Bolivia” con sus cerros de tierra rojiza, sus campiñas color verde esmeralda y los atardeceres con los rayos del sol color rosa-violeta.
Es la ciudad con mucha vegetación y praderas donde los pajarillos entonan su canto con melancolía, y los grillos dejan escuchar su voz incomparable junto a la brisa perfumada de su clima tan agradable y acogedor.
Tupiza es capital de la primera sección de la Provincia Sud Chichas del Departamento de Potosí, con una superficie de 6.503 kilómetros cuadrados, encontrándose a una altura de 2.950 metros sobre el nivel del mar, una temperatura media de 18 grados centígrados y una población urbana que pasa los 20.000 habitantes. Por su situación estratégica se vincula con facilidad hacia las poblaciones de Cotagaita, Atocha, San Pedro de Lípez y Villazón.
Esta ciudad fue fundada un 4 de junio de 1574, aunque algunos historiadores sub-rayan en el hecho de que Tupiza fue fundada el 29 de octubre de 1535 por el Capitán Diego de Almagro, cuando éste español dirigíase hacia Chile. Sin embargo, el documento que mayormente acredita la fecha de su fundación es el señalado de principio 4 de junio de 1574, reconociéndose al español don Luis de Fuentes y Vargas como su fundador, tomando en cuenta que este conquistador estableció el primer corregimiento de los Chichas en 1563, tomando en cuenta que este conquistador sevillano fue Corregidor y Justicia Mayor de la Provincia Chichas luego de haber llegado a estas tierras con 60 soldados castellanos y 200 naturales lenguaraces reclutados en Potosí.
Don Luis de Fuentes y Vargas, también estuvo en el asiento minero de Porco donde obtuvo gran cantidad de macuquinas de plata, para con ellas seguir su travesía hacia el Sur siguiendo por el río Tumusla hasta la altura de Toropalca donde avistó por primera vez a los indios chicheños que portaban enormes hachas de piedra muy bien labradas, puntiagudas cachiporras, arcos y flechas de ónix que manejaban con habilidad y destreza.
Tras breve lucha entre lugareños y forasteros españoles, los primeros fueron vencidos por fuerzas comandadas por Luis de Fuentes, tomando prisionero al cacique principal y sus seguidores que informaron sobre la organización de los Chichas. Luego de un corto descanso, el conquistador español se dirigió hacia Cotagaita, donde no pudo repetir su hazaña de Toropalca, habiendo sido reducido mediante un cerco que se prolongó por un mes, tiempo en el que Luis de Fuentes ofreció rendirse frente a los naturales al no contar con agua u otro alimento.
Aquí, es interesante saber que el Capitán español, con cierta astucia y sus habilidades donjuanescas, enamoró a la bella indígena “Cora”, para luego casarse al estilo de la nación Chichas, hecho que permitió a Luis de Fuentes, adoctrinar a los nativos y someterlos bajo el estandarte español, ganándose toda gratitud y reconocimiento de éstos, defendiendo el territorio chicheño frente a los invasores chiriguanos y omaguacas que ingresaban a los poblados de Chichas en busca de metales y maíz.
Por separado, el Cap. Luis de Fuentes y Vargas se ocupó de explorar los valles y yacimientos mineros, abriendo sendas y fundando otras poblaciones, estableciendo su residencia en Cotagaita, para luego trasladarse a Tupiza, estar allí dos años y volver a Potosí para juntar monedas de plata que eran necesarias para seguir en su empresa de conquistar otros territorios del Sur.
De retorno a Tupiza y la idea de poder dedicarse a su hermosa consorte indígena, tuvo la mala noticia de que la hermosa “Cora”, de orgullosa casta y muy hermosa en su figura, no había soportado el desdén del capitán Luis de Fuentes, habiendo huido con otro español hacia Tucumán. Ese hecho motivó para que el sevillano Fuentes y Vargas abandonara Tupiza y se trasladara más al Sur, para fundar después el Partido de Tarija, siendo su Corregidor General y Juez de Justicia y Paz con asiento en Talina. Este cargo fue el primer sello administrativo de la dominación española en Chichas.

Legajos Históricos de Tupiza

La encantadora Tupiza, al igual que otras ciudades intermedias en la geografía departamental potosina, tiene ampulosa y riquísima historia desde que fuera asentamiento de aquella importante civilización precolombina de los “Chichas” que escribió páginas y páginas de su trayectoria, considerada como una importante nación antes de que fuese sometida al imperio de los incas y conquistada por los españoles.
Ahora bien, el nombre de “Tupiza” –según el escritor Ricardo Jaimes Freyre- viene de la palabra TOPEJSA que tiene origen en el lenguaje “chango”, significando “tierra rojiza”. En verdad, la ciudad de Tupiza está rodeada de serranías rojizas que contrastan con el cielo azul que se muestra en tiempos de primavera y verano.
Y como ya se dijo, Tupiza fue fundada por el sevillano Luis de Fuentes y Vargas, por encargo del Virrey Francisco de Toledo, cuando esta autoridad encontrábase en la Villa Imperial de Potosí. El asentamiento poblacional de Tupiza fue fundado a orillas del río Salo, a los pies de los cerros “Colorado” y en medio de algarrobos y otros árboles frondosos junto a matorrales que semejaban a hirsutos mechones, allí donde había un camino sinuoso por donde pasaron los soldados leales a Diego de Almagro.
En ese sitio de troncos retorcidos y cebadales espigados de color verde claro, quedó fundada la población de Tupiza un 4 de junio de 1574, respirándose quietud, soledad, silencio y en algún momento una ligera racha de viento que cruzaba el follaje umbrío de los pinos silvestres; rompiéndose esa quietud de paisaje con el sonido de los cascos de caballos cansados de haber trotado desde las alturas de Potosí, hasta los valles de la llamada “Tucpicsa”, nombre que, con la llegada de los españoles sufrió alteraciones y se la transcribió al papel con la fonética de Tupiza.
Esta población chicheña nació en medio de esa fiebre de conquista de los españoles por estas tierras de América. Tomando en cuenta que “Tucpicsa” recibió a varios quéchuas del Kollasuyo 50 años antes de la llegada de los españoles a ese sitio valluno, por cuyo hecho numerosas familias chicheñas contagiáronse del idioma quéchua, para olvidarse poco a poco de su lenguaje que fue muy similar al idioma de los famosos guerreros araucanos. Hoy solo quedan de su idioma primitivo, nombres de lugares como Quiriza, Palquiza, Pilquiza, Oploca, Chifloca, Tocloca, Tucpicsa y otros. Actualmente en el área rural así como en Tupiza, hay personas que intercalan el castellano con las partículas Chu, Chu de su antiguo lenguaje.
Por separado, los chicheños descubrieron su habilidad en el trabajo de la cerámica, logrando ollas, cántaros, jarras, platos, pukus, etc., al igual que el utilizar la madera, para fabricar cucharas, platos, peines, tejedores, collares y otros. Igualmente se convirtieron en grandes agricultores, sembrando y cosechando particularmente el maíz. Según el investigador Ing. Artur Posnansky, la tierra chicheña fue el centro genético del maíz, cultivándose innumerables variedades de esta planta.
En lo que toca a la vestimenta, se sabe que los chicheños antiguos, usaban como vestimenta el “uncu” especie de camisa sin mangas, en la cabeza tenían un gorro de lana llamado “chulo” y calzaban la ojoth’a de cuero de llama. Este atavío se completaba con la denominada “ira” usada a manera de manto. Por su parte, las mujeres vestían el “ajsu”, especie de batón largo con mangas primorosamente bordadas y una especie de corsé llamado “cañari”, ceñido con una faja larga denominada “chumpi”. Además cubrían su cabeza con un pequeño manto llamado “panta”, utilizando igualmente las “ojoth’as”. En la actualidad, la vestimenta característica de los pobladores de Tupiza es la camisa de tocuyo blanco, pantalón de bayeta y el poncho color rojo con franjas de color negro., más el sombrero de alón trabajado en cuero de cabra o cuero de res.


*Socio de Número de la Sociedad Geográfica y de Historia Potosí.

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