lunes, 27 de agosto de 2012

Aventura, un recorrido por el Pilaya




Es el sexto cañón más profundo del mundo y está ubicado en el límite departamental entre Tarija y Chuquisaca. A primera vista, las formaciones rocosas impresionan y aunque, por ahora, es casi impenetrable, su presencia seductora constituye todo un reto a la exploración.

El cañón de Pilaya se encuentra entre los municipios de Culpina (Chuquisaca) y El Puente y San Lorenzo (Tarija) y por su interior corren las aguas de los ríos Camblaya y Pilaya.

Este cañón boliviano esuna con las formaciones naturales más profundas del planeta. El más hondo está en China, es el Yarlung Tsangpo, con 5.590 metros de profundidad. En Nepal, el Kali Gandaki (4.375 m). Perú cuenta don los dos siguientes, el Cotahuasi (3.535 m) y el Colca (3.200 m). En China figura el quinto, llamado Hutiao Xia (3.046) y le sigue el Pilaya (3.030 m), en Bolivia. El séptimo de la lista es el Cañón Colorado (2.133 m), en EEUU.

La extensión estimada del cañon del Pilaya es de 40 kilómetros, parte desde La Ciénega en Culpina (Chuquisaca) y Paicho del municipio de El Puente (Tarija) hasta la comunicad de Caraparí en el municipio de Culpina.

El sector de mayor formación rocosa y en posición casi vertical está entre La Ciénega y El Monte; por lo tanto, el acceso y el recorrido por el río es casi imposible; sin embargo, hay gente que ingresa a buscar oro, sin ninguna condición de seguridad.

Eusebio Ovando, de la comunidad de El Monte, cuenta que cuando van a ‘oriar’ (buscar oro) deben deslizarse por cuerdas para llegar al río. Para tener una idea de la extensión de montañas rocosas y su verticalidad, es recomendable observar la zona en Google Earth.

El reto de observar el cañón de cerca y recorrerlo, nos movió a emprender un viaje por él.

Tras varias consultas, un grupo de nueve amigos oriundos de Culpina y un guía, decidimos hacer la ruta por El Monte; para ello, primero viajamos en vehículo desde Culpina durante una hora y media. Ya en la comunidad, el guía nos dio dos opciones para llegar al cañón; nosotros pedimos ver la mejor parte del lugar.


Entonces, él dijo que debemos llegar a las Pirhuas (dos torres gemelas de gran altura). Así, al día siguiente iniciamos una caminata, a las 6:00, y cerca de las 7:30 ingresamos a un pequeño cañón por un sendero angosto y de caída vertical. Allí impactaba el solo hecho de caminar por ahí, debido al riesgo que representa.


De pronto, los ojos se toparon con un sorprendente conjunto de rocas verticales. El fondo era lejano, casi invisible, apenas se sospechaban unas manchas de agua que parecía estancada, pero no lo estaba porque por ahí avanza el torrente del río Camblaya, que suma los caudales de los ríos Chico y Grande de Camargo y del San Juan del Oro de Tupiza.


Estábamos más abajo de la cima y la vista nos dejó maravillados. A partir de ese punto comienzó el cerro Melonar, que desafiaba a recorrerlo exponiendo su forma de escalera.


Consultamos si se podía seguir bajando y si era posible llegar al río. El guía respondió que sí. Continuamos el recorrido, porque aún no habíamos visto las Pirhuas. Mientras caminábamos, a nuestro margen derecho se erguían las rocas empinadas que de tiempo en tiempo nos sacaban de la tensión que producía la dificultad y el peligro del trayecto.

RETO. El Melonar es un desafío de alto riesgo que puede ser superado con la construcción de sendas


El siguiente momento para recordar en nuestra travesía es el que nos puso al costado de las Pirhuas, observando dos torres gemelas de roca pura y altas como si se tratara del fino trabajo de un experto artesano. Después de contemplarlas, el reto era continuar en línea recta hasta la cima.
Mientras seguíamos esa línea, no podíamos dejar de mirar hacia atrás para ver una y otra vez ese conjunto de rocas verticales.


Con mucho esfuerzo y extenuados por la falta de agua, llegamos a la cumbre y, antes de tomar un descanso, saciamos la sed exprimiendo un cactu.
A las 16:15 llegamos a El Monte para luego seguir la marcha hasta Culpina. La travesía duró unas15 horas.


En las condiciones actuales, ingresar a El Melonar es un desafío de alto riesgo que bien puede ser superado con la construcción de sendas con piso de piedra y barandas; esto para brindar seguridad y para que los visitantes disfruten plenamente el momento, dejando de lado sus miedos.
El lugar también es apto para los escaladores, para aquellos hombres y mujeres que llevan el riesgo al límite y tienen aquí la oportunidad de trepar paredes de roca pura, altas y verticales como pocas en el mundo.


Durante todo el año se puede visitar las rocas, con el añadido de que en verano se observa el río a pleno y con un sonido impresionante. Para escalar y explorar el lugar lo recomendable es realizar esta aventura entre julio y octubre, cuando las aguas están en sus niveles más bajos.

OTRO RETO
La expedición al cañón de Pilaya continúa con el reto de llegar a las históricas comunidades de Pilaya y Caraparí en Culpina, donde los españoles fundaron en 1588 el priorato de Pilaya y Paspaya como zona de frontera con la nación guaraní, que habitaba las márgenes de los ríos Pilaya y Pilcomayo.


Partiendo de Culpina, esta expedición iba a ser de cuatro o cinco días de pura caminata, con la curiosidad de experimentar la profundidad del sexto cañón más hondo del mundo (3.030 metros).


En vehículo viajamos a Puma Huasi, que se encuentra a casi 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en las faldas del cerro Sipi.
Desde ese lugar comenzamos el descenso a pie hasta alcanzar el ingreso al cañón, que está a casi 3.500 metros de altura, después de dos horas y media. Hay otros descensos mucho más altos que van directamente al río, pero que son inaccesibles.
Desde ese punto, se tiene una gran vista de puñados de cerros arrugados y, al fondo del cañón, el río. Con una vista sobrecogedora, relajante, este es el espacio adecuado para darle al cuerpo unos minutos de buen descanso.


A partir de ahí, se presenta un camino de herradura pedregoso, duro, que se hace difícil.
Mucho antes de llegar al río, el siguiente lugar de paso es Mosoj Liquina, una pequeña comunidad cuyos habitantes aprovechan una meseta para sembrar maíz y papa. Los lugares que están entre las alturas de los cerros y el río de los valles se llaman liquinas, denominación propia de los municipios chuquisaqueños de Incahuasi, Villa Charcas y Culpina.

HOSPITALIDAD
Ya próximos a la comunidad, en el sector denominado El Alisar (por ser un pequeño bosque de alisos) encontramos con don Plácido Llave, que conversa amable.
Minutos más tarde, ingresando a la meseta conocemos a doña Custodia Yevara; luego de dialogar con ella y escuchar sus orientaciones, fuimos conducidos hasta su comunidad junto con sus nietos Cristian, Mabel y Daniela, todos niños.

En Mosoj Liquina nos indican que podemos llegar al río dentro de un par de horas y que hace unos días un hombre del lugar había ido a traer trago del valle, que el camino debe estar bien. Caminamos una media hora más y decidimos instalar el campamento, pues la noche estaba próxima a llegar.

Al día siguiente, temprano, emprendemos la caminata con la esperanza de llegar al río y ahí desayunar, pero sucedió todo lo contrario. Nos encontramos con una bajada muy empinada por donde el camino se ha borrado; tenemos que improvisar unos descensos, ayudados por una soga.

Después de tres horas y media, por fin llegamos al río Pilaya, al fondo del cañón, a 1.350 metros. Sentimos una sensación de alivio indescriptible.
Aún queda mucho por recorrer. Los siguientes lugares son: Aguas Calientes, donde somos recibidos por don Electo Guevara y su familia, que nos invitan a compartir un delicioso plato de mote, papas y cuajada. Más tarde llegamos a la poza de aguas termales, donde nos damos un relajador baño; y, finalmente, visitamos las comunidades de Pilaya y Caraparí, en la ribera del río Pilaya.

3 comentarios:

  1. Hola que tal? muy interesante el artículo, escuche sobre las aguas termales en las cercanías del cañón del Pilaya, le agradecería mucho si pudiese decirme exactamente donde de encuentran. mi correo es sanfer.tja@gmail.com , de antemano muchas gracias y un saludo cordial.

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    1. lo sale mas facil llegar al pilaya por tarija se va por san lorenzo hay camino hasta carapari y de hay se llega camionando a las aguas termales son bellos lugares

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  2. Gracias por la nota, podrían subir fotos del cañón del pilaya?

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