lunes, 1 de octubre de 2012

La peregrinación en la “Ruta de Santiago” invita a los caminantes a conocer Camata

La fe de los católicos es el impulso que les permite a los peregrinos realizar un recorrido de ocho días tomando la Ruta de Santiago que une La Paz con Camata. Según la versión de los excursionistas, esta caminata permite llegar a una altura de 4.800 m.s.n.m. tomando carreteras y caminos de herradura (sendas), para luego descender hasta los pies del “Tata Santiago”.

Javier Monroy Álvarez, uno de los peregrinos, comentó a EL DIARIO que el 2011 pudo realizar este recorrido acompañado de 20 personas y que en su travesía, junto a sus acompañantes, pudo fundar esta Ruta un 12 de febrero de 2011.

En esa ocasión, el grupo estuvo conformado por los peregrinos Javier Monroy, Carlos Vera, Sandro Cárdenas, Nelson Cárdenas, Mauro Cárdenas, Orlando Gonzales, Vladimir Gálvez, Mamerto Gálvez, Osmar Delgado, Amílcar Gálvez, Ruddy Gálvez y otros, quienes se unieron para conformar la primera brigada de peregrinación al lugar estando dispuestos a caminar 300 km desafiando al inmenso altiplano, zanjando valles, subiendo cordilleras, pasando ríos hasta llegar a los pies del “Tatita”, “nuestro eterno compañero en el camino”.

“La fe hacia nuestro ‘Tata Santiago’ nos articuló para conformar la brigada de los peregrinos para que así, a través de esta cruzada, se logre llevar el mensaje de integración entre todos los camateños, además del compromiso firme, sin dudarlo, a trabajar por el beneficio del pueblo, la promesa de ser buen peregrino participar nos llevó a instituir lealmente una tradición religiosa, cultural y social. Siguiendo la ruta de Santiago se emprende la romería más larga a un santo varón que en su momento fue un gran peregrino, él viajaba por varios pueblos llevando el mensaje del Señor sobre la fe cristiana, los peregrinos sin dudar caminan hasta llegar al pueblo ofrendando nuestra devoción”, relató el entrevistado.

De acuerdo con su narración, para lograr llegar hasta este destino primero se debe seguir el procedimiento de seguridad para evitar impases en el recorrido de ocho días que se inicia con la revisión de los equipajes donde se recomienda que cada peregrino debe incluir todos los implementos necesarios. Son necesarios instrumentos como una mochila, un buen zapato, sleeping y el botiquín personal de sanidad para curar los daños que se ocasionan a lo largo del recorrido.

“El gran día se inicia el 16 de julio celebrando una misa en honor a los peregrinos, quienes solicitan la bendición del Tata Santiago, para que él los acompañe durante los ocho días de marcha, después de la ceremonia sigue la caminata rumbo al peaje de la ciudad del El Alto, continuamos con destino a Río Seco y al atardecer del día que se despide seguimos prolongando el paso hasta la noche llegando de madrugada a Patamanta, donde se cuenta con un descanso reparador. Al día siguiente, se levantan para continuar con un día soleado en las pampas áridas del altiplano caminado al borde de la carretera hasta llegar a Peñas para descansar y compartir una fogata”, contó Monroy.

“Cada día que amanecemos debemos pensar en dar pasos firmes haciendo sendas en los pajonales marcando huellas por la inmensa pampa del altiplano, el peso de la mochila desequilibra a los peregrinos fatigados por el calor abrumador hasta llegar Achacachi donde se tendrá un nuevo descanso. En otra jornada debemos salir de madrugada marchando de manera enérgica, pidiendo a nuestro Señor por la vida, salud y protección; en la ruta continuamos de amanecida por la carretera hacia Umacha donde nos acompaña el frío crudo de invierno, llegamos al lugar de concentración y los familiares llegan a despedir a los viajeros, allí también se pueden integrar otros peregrinos” añadió.

De forma posterior, el recorrido prosigue hasta llegar a Boutislaque entrando ya al descenso por los valles de Pacayani, Negro, lugar que es considerado como punto de desequilibrio donde cada uno sigue su camino. “Aquí no se trata de dolor, ni de arrepentimiento nuestra mirada se traslada a los cerros para concentrarse y poner un pie delante del otro cargados de nuestras mochilas, los pies deben avanzar con cada pisada hacia la subida para triunfar centímetro a centímetros hacia adelante, cada paso es un esfuerzo al medio de la subida, el golpe de gracia, llegando a una parte más plana observamos otra montaña que cruza, me pongo a creer que la subida se acabó, pero falta una gota de agua para saciar la sed y continuar la cuesta hasta llegar a la ladera de Mollo y terminar en Ayata”, agrega el peregrino.

Siguiendo su relato, el caminante comentó que la fatiga en las piernas por el esfuerzo es constante, “resisten por valor propio, aquí ya no importan las ampollas, el valor espiritual, la fe, es lo más importante para que el cuerpo resista, para que la rodilla no traicione o que los amortiguadores del organismo funcionen después de caminar 16 horas”.

“Nuestras experiencias vividas hasta este momento son irrepetibles, cada uno tiene su testimonio como peregrinos en la ruta, es importante ser unidos por la fe a nuestro Tata Santiago, como miembros de la iglesia estamos a dos días de arribo al pueblo que nos vio nacer. El penúltimo día es subida, hasta 4.800 m.s.n.m., para un posterior descenso a Soracucho para compartir la última cena entre todo los peregrinos, después del descanso debemos partir de madrugada para llegar temprano a la Apacheta para la Challa al amanecer y descender hacia el río Sejlaya lugar de bautizo a los peregrinos. Allí cada uno hace la promesa de seguir peregrinando los siguientes años, continuamos con la caminata monte adentro para culminar a los pies del Tata como buenos compañeros que hemos compartido en el recorrido fortificando con nuestras oraciones al inicio y llegada de cada descanso pidiendo al Señor por la vida y para que fortifique al grupo en el segundo año de caminata entre hombres y valientes mujeres”, concluyó el entrevistado.

EL RECORRIDO TAMBIÉN SE LO HACE DE NOCHE

El recorrido de la peregrinación hacia Camata no sólo ocupa el día, sino que para aprovechar el rendimiento del organismo de cada viajero se debe tomar también parte de la noche para poder llegar a destino a la brevedad.

Javier Monroy Álvarez, uno de los peregrinos, contó que, además, los viajeros toman a pulso la frase “a quién madruga Dios le ayuda” ocupando la madrugada con la finalidad de que el recorrido se cumpla con lo planificado.

“Debemos salir de madrugada marchando de manera enérgica pidiendo a nuestro señor por la vida salud y protección en la ruta.

Según los creyentes, el Tata Santiago es milagroso pero en muchas cosas es también muy renegón. Su fiesta es el 25 de julio de cada año, donde el mundo católico celebra la fiesta de Santiago Apóstol, santo patrono de varias regiones.

Para su festejo, por ejemplo, en Cochabamba se preparan entradas folklóricas en la zona de El Paso (Quillacollo) y el municipio de Anzaldo, además de diferentes festejos en otros lugares como Tarata.

Este santo es calificado como milagroso y temido a la vez. Según la creencia, Santiago era un humilde pescador apóstol de Jesucristo que murió decapitado a causa de su fe. Se dice que siglos después, un ejército cristiano se encomendó al apóstol antes de entrar a una batalla donde derrotó a un numeroso contingente islámico. Desde entonces se convirtió en protector de las fuerzas islámicas y patrono de varios regimientos de caballería de todo el mundo.

CREYENTES PRETENDEN INSTAURAR EL RECORRIDO COMO UNA TRADICIÓN

El término peregrino tiene un significado más clásico referido al viajero que por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado.

En la ciudad de El Alto, un grupo de 20 peregrinos iniciaron el 2011 un recorrido denominado “Rutas de Santiago”, el mismo que recorre parte del altiplano con la salida desde la ciudad de El Alto.

De acuerdo con la lógica católica, la vida del hombre como peregrino y como peregrinación es común en muchos pueblos tradicionales, relacionándose con el origen transcendente del hombre, la caída por sus fallos, carencias y errores y su aspiración a retornar a su estado inicial de pureza, todo lo cual da al ser humano un carácter de extranjero en esta vida terrena, a la vez que recuerda la condición de transitorio y perecedero a todos los pasos de la misma.

En consideración de la iglesia católica son atributos del peregrino el cayado o báculo (bastón) que le permite tomar con mayor facilidad el camino, el manto, el pozo con el agua de salvación, entre otros.

También la llamada concha del peregrino, que era una insignia distintiva que traían pendiente al pecho los caballeros en peregrinación de cada una de las órdenes con destino a los lugares santos.

Los peregrinos de la Ruta de Santiago, en el territorio nacional, se registran en Oruro y en el departamento de La Paz desde el 2011, siendo esta una tradición española que se extendió a nivel mundial.

Según los relatos de los españoles, se inició la tradición en Caracas, provincia Ávila, donde los registros de dichas peregrinaciones están en los meses de mayo con preparativos desde el mes de octubre de un año antes.

Entretanto, en el territorio nacional estos preparativos se dan en temporada de invierno, son las más utilizadas para la peregrinación de la mencionada ruta hasta llegar al pueblo de Camata, ubicado en la provincia Muñecas del departamento de La Paz.

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