lunes, 11 de febrero de 2013

Oruro Peregrinos tienen otra ruta de fe



La música se aleja. Espectadores del Carnaval de Oruro y uno que otro grupo de danzarines que participaron en la mayor demostración cultural de Bolivia suben trabajosamente los escalones de la nueva ruta de peregrinación que conducen hacia la monumental Virgen del Socavón, que se alza en el cerro Santa Bárbara.

Las gradas empiezan al final de la calle Linares, al sur del Santuario del Socavón, donde hasta el año pasado concluía el recorrido de los miles de danzarines.

“He llegado después de ocho años a Oruro desde España y la encontré (la entrada) fenomenal. Me impresionó mucho la imagen de la Virgen, estoy muy contenta. Este sitio va a hacer crecer más a la ciudad”, comenta Mirtha Apaza, quien desciende del cerro.

“Aunque nos hemos cansado, hemos llegado hasta arriba. Valió la pena, es hermosa y nos gustó mucho”, dice el chileno Vladimir Carreño, que con un grupo de amigos visita Oruro.

La Virgen es la patrona del Carnaval, en cuyo honor se realiza el desfile de danzas folklóricas.

Prueba. “En Santiago (Chile) está la Virgen María, pero es más pequeña. La Virgen de Oruro es impresionante y hermosa, estoy muy emocionada”, afirma su connacional Jenifer Tórrez.

Un grupo de la fraternidad Caporales San Simón —después de haber cubierto los más de cuatro kilómetros del recorrido bailando— también se esfuerza por llegar hasta el monumento.

Quieren perpetuar el Carnaval 2013 con una foto a los pies de la imagen de 45,5 metros de altura, pero también probar su fe. “Sería muy lindo peregrinar hasta aquí arriba. Primero llegar hasta la Virgen del Socavón en el templo, y proseguir hasta aquí. Eso sí sería peregrinar y ahí se vería quiénes bailan por fe y quiénes sólo por divertirse”, dice uno de ellos. El cerro Santa Bárbara está a una distancia aproximada de dos kilómetros del centro de Oruro.

Un cuaderno testimonia las impresiones que deja el monumento en turistas y devotos. “Me pareció preciosa la vista de Oruro y hermosa la Virgen”, “La escultura es la más hermosa que he visto en mi vida”, “Madrecita que representas todas las maravillas del mundo, amor, ternura, ilusión y esperanza”, dicen los escritos.

Atracción. La administradora del monumento a la Virgen del Socavón, Yeseña Toledo, dice que aunque todavía faltan algunos detalles, la efigie se ha convertido en el lugar muy visitado. “La gente lleva a poner flores, velas y a ofrecer oraciones”, agrega.

Las que deseen ingresar al monumento debe abonar Bs 2, monto que recauda la Alcaldía.

Hasta cierto lugar de la ruta de peregrinación se han construido gradas, que dan paso a una senda. La gente sube por tramos. Una mujer (60) oriunda de La Paz, sentada en un lado de la senda, trata de reponer fuerzas para llegar hasta la cima del cerro.

El cansancio también obliga a un hombre a hacer pausas en la caminata. Está acompañado de sus tres hijos pequeños.

“No estoy cansado”, dice uno de los pequeños mientras le da pequeños mordiscos a un helado.

Los vecinos que viven en el trayecto se han dado modos para mejorar sus viviendas y ofertan a los caminantes baño, comida, golosinas y refrescos, y tratan de mantener limpia la zona, porque los peregrinos extranjeros deben “llevarse una buena impresión”.

“Alguna gente no entiende, bota su basura y eso da mal aspecto a esta ruta, porque por aquí pasan turistas”, comenta una mujer. Los vecinos tienen la esperanza de que con los años el cerro Santa Bárbara, donde se encuentra la gigante Virgen, se constituya en el segundo sitio de peregrinación después del Santuario del Socavón, donde está la verdadera imagen de la Virgen.

Los micronegocios toman Oruro

La entrada del Carnaval de Oruro, “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”, alimenta a decenas de familias.

A primera vista, llama la atención las peluquerías y los centros de belleza ambulantes que ofrecen sus servicios a los bailarines para caracterizarlos, y las casetas donde se venden adornos y joyas de fantasía.

Quienes apuntan a los visitantes ofrecen comida rápida, golosinas, bebidas refrescantes y artesanías. Hay orureños que han convertido los patios de su casa en locales de comidas típicas, como la ranga-ranga, fricasé, picante de pollo, picante mixto, que cuestan entre Bs 8 y Bs 20. 

En los restaurantes, un pique a lo macho cuesta Bs 40, una tostada de cordero Bs 70, la cola de cordero Bs 60, chicharrón Bs 50 y un picante mixto Bs 60.

Hay fotógrafos —a despecho de los defensores del bienestar de los animales— que ofrecen crías de alpacas y llamas y hasta un pony (caballo pequeño) en los lugares más concurridos de la entrada folklórica para tentar a los niños, y por supuesto a sus padres, de tomarse una foto inolvidable a lomo de los pequeños cuadrúpedos.


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