domingo, 1 de septiembre de 2013

Angostura, potencial turístico sin explotar

La Angostura es uno de los principales atractivos turísticos del valle alto, que experimenta el mayor crecimiento de emprendimientos privados. Pese a ello, el lugar es uno de los menos atendidos con recursos económicos y actualmente libra una batalla contra la contaminación de sus aguas.

Su ubicación a tan sólo 17 kilómetros de la ciudad, su paisaje natural, su caudal de aguas turbias, sus bosques y los restaurantes que ofrecen viajes en botes, la han convertido en el destino favorito de centenares de cochabambinos el fin de semana. Aunque ya han pasado dos años, desde que el lugar fue declarado, mediante ley departamental: “Centro Turístico y Gastronómico”, con el propósito de incentivar el turismo, las inversiones para alentar la industria sin chimeneas son mínimas. Desde que la ley entró en vigor, se instruyó a la Alcaldía de Arbieto que se asignen recursos para la elaboración de políticas, planes y proyectos, que fortalezcan el turismo.

El alcalde Dionisio Escobar comentó que este año no se destinó un presupuesto específico para la comunidad de La Angostura, pero sí recursos para la construcción de un puente peatonal, que se entregará este mes. A ello se añade la construcción de un parque.

El responsable de Promoción Turística de la Gobernación, Pablo Hinojosa, aseguró que el gobierno departamental se encarga sólo de la promoción y que es responsabilidad del municipio de Arbieto invertir recursos para mejorar el lugar. “Como Gobernación, estamos promoviendo deportes náuticos en la zona y se capacita a los restaurantes del lugar para mejorar la calidad de normas y servicios”, dijo.
Según Hinojosa, no se tienen datos exactos de cuántos turistas visitan la zona al año, pero se conoce que los que visitan el lugar, después pasan a los municipios de Tarata, Cliza y otros.

Respecto a esta Ley que declara Centro Turístico y Gastronómico a la Comunidad de La Angostura, el gerente del Sistema Nacional de Riego Nº 1, Manuel Rocha, aseguró que desconoce la misma y que las autoridades no divulgaron la norma. “Las leyes deben ser socializadas por las autoridades para que sean aplicadas a cabalidad, se debe trabajar en normas que regulen la actividad turística para no afectar la represa”, expresó.

Rocha explicó que cuando los niveles de la represa son altos, los botes de agua pasan muy cerca de las compuertas, lo que podría deteriorar la represa. Por otro lado, estas lanchas derraman en el agua combustible. “Todos estos aspectos deben ser regulados, porque la represa no sólo beneficia al turismo, sino a más de 3.500 agricultores del departamento que riegan sus cultivos con esas aguas”.

En los últimos meses, la represa se ha visto afectada por la contaminación de las aguas. Pese a las últimas inspecciones realizadas en el cuerpo de agua, aún no se ha determinado el origen del daño, por lo que se realizan estudios de laboratorio en coordinación con la UMSS. Por razones de seguridad, también se ha pedido que se trabaje en la señalización y el resguardo de las personas que realizan paseos en bote, para que la ley no se quede en una normativa más e impulse un trabajo sostenido, acompañado de recursos.

OBRA: LA HISTORIA DE LA REPRESA

La represa de La Angostura fue creada ante la necesidad de almacenar agua para riego en el departamento. Los estudios topográficos se realizaron en 1920; en 1940 comenzaron los trabajos de construcción a cargo de la Dirección Nacional de Riego del Ministerio de Agricultura, con la cooperación técnica de México, y en septiembre de 1948 se concluyó la obra. Al año siguiente se comenzó a embalsar el primer caudal.

La represa inicialmente tenía una capacidad de almacenaje de agua de 86 millones de metros cúbicos (m3). Después de 62 años de funcionamiento, su capacidad se ha reducido a 75 millones de m3. Está ubicada a 15 kilómetros de Cochabamba y beneficia con agua para riego a las provincias Esteban Arze, Cercado y Quillacollo.

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