lunes, 5 de mayo de 2014

Titi, un espacio para redescubrir la náutica ancestral del lago Titicaca

Los ancestrales saberes náuticos del lago Titicaca son recogidos en un nuevo espacio que apunta a su revalorización y difusión. Se trata del museo Titi, ubicado en la localidad de Huatajata, a orillas del lago sagrado, a hora y media de viaje de la sede de gobierno.

Más que un repositorio, este espacio se constituye en una experiencia interactiva, donde el visitante puede conocer de cerca el proceso de fabricación de las balsas de totora y el vasto contexto histórico, social y cultural que rodea esta práctica milenaria.

El museo es dirigido por Eric Catari Gutiérrez, miembro de la reconocida familia Catari de Huatajata, constructores de balsas de totoras. Él manifiesta que la intención de este espacio es revalorizar los aspectos culturales que rodean la tradición constructora, mostrándolos tanto a visitantes nacionales como extranjeros, y dando a conocer la labor que su familia ha realizado durante generaciones.

MUSEOGRAFÍA

El museo consta de dos salas de exposiciones, un patio, puerto, restaurante y hotel.

La primera sala tiene tres partes: exploraciones náuticas en embarcaciones antiguas, navegación ancestral en el lago Titicaca y finalmente expedición Titi. A lo largo de este recorrido es posible conocer las 19 expediciones realizadas en embarcaciones de totora, desde 1947 a 2007, donde se destaca el trabajo de las tres familias bolivianas constructoras de balsas oceánicas: Catari, Esteban y Limachi. Para esto se emplean cuadros, fotos, mapas y representaciones en pequeña escala de todas las embarcaciones que son citadas en el recorrido. También se muestra la historia de la fabricación de las balsas, dando cuenta de los avanzados conocimientos de navegación que poseían los antiguos habitantes de la zona del Titicaca.

La sala dedica un espacio particular a la expedición Titi, pues en ella se empleó una balsa fabricada por la familia Catari, que en 1993 recorrió todo el borde del Titicaca. Partes originales de aquella balsa se exhiben en esta muestra.

La segunda sala muestra sucesos histórico culturales y costumbres del lago Titicaca y toda la región lacustre. Características físicas, historia, evolución del lago, el estado de contaminación de las aguas, la cosmovisión andina, artesanías, las islas, ecosistemas, fauna, flora, economía, actividad agrícola, textilería, entre otros aspectos, son mostrados en este espacio, con la ayuda de paneles informativos en español e inglés (como ocurre en todo el museo), además de los elementos reales que pertenecen a cada una de las áreas mencionadas. El recorrido de las dos salas concluye en una tienda de souvenirs, donde los visitantes pueden adquirir toda clase de objetos elaborados con totora (miniaturas, esteras, paneros), además de finos tejidos artesanales.

En el patio del museo se puede apreciar una demostración del proceso de manufactura de las balsas de totora, a cargo de Máximo Catari, uno de los miembros más ancianos de esta familia. También existe un telar, en el que se elaboran los tejidos que se venden en la tienda.

También se encuentran expuestas muestras de viviendas aymaras, urus y chipayas, y una torre chulpar. El espacio es complementado por una variedad de plantas medicinales propias de las culturas ancestrales andinas, como la manzanilla, coa, sábila, ruda y cedrón, entre otras. El espacio se complementa con la presencia de llamas, las que se prestan a ser fotografiadas con los visitantes.

También existe un pequeño puerto en medio de varias plantas de totora, desde el cual se puede hacer un recorrido por el lago en una pequeña pero sólida balsa.

La experiencia se complementa con un restaurante, donde el pescado es el plato principal, preparado a gusto del cliente.

Este complejo cultural y turístico no podría estar completo sin la presencia de habitaciones para que los turistas tengan la oportunidad de pernoctar y participar en excursiones largas en lanchas, visitando islas del lago menor, como Pariti o Kala Uta.

Eric Catari resaltó que el museo no está pensado sólo en turistas extranjeros, sino también se dirige a los visitantes nacionales, pues refleja aspectos culturales que en muchos casos no son conocidos por la mayoría de la gente, pese a formar parte de un rico bagaje cultural que es muy admirado en países foráneos.

El recorrido de las salas y atractivos dura aproximadamente hora y media. El costo de ingreso al museo es de 10 bolivianos para visitantes nacionales y cinco para estudiantes. Los visitantes del extranjero deben pagar la suma de dos dólares.

Para visitar este espacio cultural, los interesados pueden contactarse con los teléfonos 73200870 y 71978959, o escribir al correo electrónico museotiti@gmail.com. También apreciar una vista previa visitando el perfil de Facebook Museo Titi.


Navegadores y expedicionarios recorrieron el mundo en totora

El museo Titi no sólo se aboca a la labor realizada por la familia Catari en cuanto a fabricación de balsas y expediciones en las que participaron sus embarcaciones, sino que muestra el panorama completo de familias constructoras y expedicionarios.

El museo consigna 19 expediciones de balsas de totora oceánicas, construidas por tres familias distintas: Limachi, Catari y Esteban. Se registran los itinerarios, mapas, duración de las expediciones, investigadores, tripulación, objetivos y otros detalles de cada uno de los viajes, todo enriquecido con fotos a todo color y explicaciones detalladas del guía, que no es otro que Eric Catari, siempre y cuando su tiempo se lo permita.

El primero de estos viajes es el denominado Kon Tiki, el que en 1947 surcó las aguas que separan a Perú de la Polinesia. Posteriormente se presentan los famosos viajes del Ra I y Ra II, los que en 1969 y 1970 navegaron de Marruecos a Sudamérica.

Las expediciones Tigris, Uru y Chimok son las siguientes en la cronología, que recorrieron las aguas del Golfo Pérsico y océano Pacífico.

Se resalta la primera expedición en la que intervino la familia Catari, cuando el Titi recorrió todo el lago Titicaca, en 1993. Tras este hito, se registran los viajes de Mata Rangi (I, II y III), Kota Mama (I,II y III) y Abora (I,II, y III), que estuvieron en los océanos Pacífico, Atlántico, ríos de Sudamérica y el Mar Mediterráneo, todos entre 1997 y 2007.

Finalmente se consignan las travesías de Viracocha (I y II) y Qala Yampu, que se llevaron a cabo en 2002.

Cabe destacar que estas expediciones fueron posibles gracias al esfuerzo de las tres familias y sus conocimientos ancestrales de navegación, mostrando así el avance que las antiguas culturas tuvieron en esta área del conocimiento humano.

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