miércoles, 21 de enero de 2015

Mirador de la Loma de San Juan aumenta el comercio



El Mirador de La Loma de San Juan ya es un referente turístico en Tarija, ya que se trata de un lugar al que acuden invariablemente los visitantes que llegan de La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y otros departamentos del país, así como de la República Argentina y otros países.

Los grupos de turistas ingresan sin pausa, pese a la intermitente llovizna que caracteriza a este mes de enero en la capital chapaca. Algunos llevan ponchillos de plástico para protegerse, otros usan paraguas, pero la mayoría camina bajo la lluvia hasta llegar al Mirador, donde contemplan los paisajes que se divisan desde ese punto de la ciudad.
A simple vista se observa que la mayoría son turistas, familias enteras, adultos, jóvenes y niños.
“Mirá, allá está la Catedral, y allí la Terminal…”, juegan los niños a ubicar los diferentes puntos de la ciudad. Visten ropa de verano y hablan con acento cruceño. “Sí, venimos de Santa Cruz a conocer esta ciudad, y se ve muy lindo desde de aquí. En el hotel nos han aconsejado venir a este mirador”, explica Joselo Chávez, que vino de Santa Cruz con su familia a conocer Tarija por primera vez.
Pero igual se observan personas con vestimentas típicas de La Paz y Potosí, quienes llegan en familia, para mirar desde lo alto la capital chapaca.
Para las comerciantes que venden alimentos en la salida del Mirador, la inauguración de este destino turístico ha tenido un impacto positivo, ya que el movimiento permanente de personas les permite vender más de sus productos consistentes en helados, refrescos, pipocas y otros alimentos.
Corina de León es una vendedora de refrescos que atiende a pocos pasos de la puerta del Mirador. En su caso sí ha habido un incremento de las ventas. “Sí, viene más gente todo el tiempo, para mi hay venta. También vienen los turistas de Argentina y compran las ollas de barro, los floreros y las macetas que se venden aquí”, afirma.
Los visitantes pueden ingresar por la parte frontal, donde se encuentra la pasarela o pueden ir por la calle Cochabamba e ingresar por la calle comercial que se estableció hace décadas alrededor del mercado La Loma. Esto motiva que además de visitar el Mirador, paseen por los comercios y ocasionalmente compren algo.
Por una parte la existencia del Mirador ha generado mayor movimiento comercial en el lugar, sin embargo, de acuerdo a doña Marcelina Nina, quien se dedica a la venta de ropa en una tienda alquilada en la calle Corazón de Jesús, en la cual vende hace 35 años, la venta es escasa. “No hay venta, los alquileres han tenido que rebajar porque ya no vendemos, desde que comenzó la construcción del nuevo mercado y no se acaba hasta ahora”, revela.
“Muchos compañeros se han ido a vender al Campesino porque aquí ya no había venta, yo me he quedado porque espero que mejore cuando acaben la obra del mercado”, dice refiriéndose a la construcción de la nueva infraestructura del mercado La Loma, que antes de la aparición del mercado Campesino era el centro de abasto obligatorio de las amas de casa para los domingos.
“Ahora ni en la feria de los domingos hay venta, un poco nomás vendemos de lo que vienen a ‘los chinos’, que venden cositas más baratas y atraen gente”, comenta refiriéndose al denominado “Mercado Chino”, donde se ofertan insumos para la construcción, relacionados a la instalación eléctrica o sanitaria, entre otros.
El Mirador luce bien, muy verde en esta época y desde cualquier punto de vista se observan paisajes muy atractivos a lo lejos, y también aspectos propios del barrio La Loma, su iglesia y otras construcciones con características coloniales.
Empero, es evidente que falta concluir algunos detalles que se manifiestan debido a la lluvia, como el asfaltado de la calle anterior a la entrada principal del Mirador.
Según doña Corina, un aspecto fundamental que deben tomar en cuenta las autoridades es dotar de un sereno a la nueva infraestructura ya que por las noches ingresan al mirador niños, jóvenes y bebedores consuetudinarios que dañan el ornato público.
Esto se puede apreciar sobre todo a partir de los grafittis que han sido pintados en las pocas paredes del Mirador y que con mayor probabilidad deben haber sido escritos por la noche.
También es necesario un contenedor de basura para evitar que debido al flujo de gente, y a la actividad comercial de la zona, se acumule basura que por ahora es depositada en un rincón muy cerca de la puerta de entrada al mirador.

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