viernes, 21 de agosto de 2015

El recorrido y las claves para llegar a Chaguaya



La peregrinación a Chaguaya es una de las prácticas religiosas de la tradición católica que congrega a una gran cantidad de gente en el mes de agosto y que se realiza desde hace varios siglos.

El objetivo se basa en la fe y devoción a la Virgen de Chaguaya, cuyo templo se encuentra en la comunidad del mismo nombre ubicada a 60 kilómetros de la ciudad de Tarija por carretera y 52 por la ruta de peregrinación. El peregrino elige hacer este recorrido a pie como una especie de sacrificio y prueba de fe y amor a Dios, y a la mamita de Chaguaya, como se denomina a la Virgen en Tarija.
Antonio es un joven de 20 años que ha hecho el recorrido cuatro veces pero sólo dos veces logró llegar. “Yo voy como parte de una tradición pero tengo fe en la Virgen de Chaguaya, así que cuando voy primero rezo a la Virgen antes de partir, en la gruta que está en el puente”, señala.
La caminata inicia en el puente Peregrino que fue construido para que los fieles pudieran atravesar el río de manera más cómoda al salir de la ciudad. El recorrido dura aproximadamente 12 horas y para hacerlo sin contratiempos se requiere tomar en cuenta algunos aspectos como el clima, ya que la mayor parte del trayecto se lo hace durante la noche cuando bajan las temperaturas debido a la temporada invernal.
Es recomendable llevar siempre ropa abrigada aunque este año se ha pronosticado entre 8 y 9 grados como temperaturas mínimas, mientras que las máximas alcanzarán los 31 grados pero será durante el día. “Hay que abrigarse de modo que uno pueda quitarse la chamarra y caminar cómodo cuando ya amanezca y suba la temperatura, es decir, es bueno usar varias capas de ropa”, explica Sandra, quien va cada año desde hace tres años.
Generalmente se recomienda ir con ropa cómoda, deportiva, en especial los calzados y llevar mudas de medias para cambiarse y proteger los pies que pueden lastimarse por el largo recorrido. “A mí me han salido callos, dicen que son los pecados que hemos cometido, cuántos callos te salen ese número de pecados tienes”, cuenta Israel quien el anterior año fue por primera vez como peregrino.
También se debe tener en cuenta el sol una vez que amanece o si se va de día, por lo que hay que llevar una gorra y de ser posible bloqueador solar.
Po otro lado es importante aprovisionarse de agua, algún refrigerio liviano y fácil de transportar y algo energizante como dulces o chocolates para soportar la caminata aunque en el recorrido es posible encontrar lugares en los que se distribuye o vende alimentos.

Recorrido
Una vez que se sale de Tarija se inicia la caminata con rumbo a San Jacinto en donde se encuentra una primera parada para continuar hacia Tolomosa siguiendo siempre una ruta de tierra, una vez en Tolomosa se ha avanzado aproximadamente 14 kilómetros. En esta pequeña comunidad los peregrinos pueden descansar y consumir algo caliente antes de proseguir el viaje.
“Mi mamá siempre me recomienda que cada que nos paremos a descansar hay que masajearse las piernas y revisar los pies para que no se hagan muchas ampollas y nos agarre el calambre – explica Carmen de 23 años - quien se prepara para ir por tercera vez en peregrinación a Chaguaya.
Ésa es la clave, explica Antonio quien logró llegar a Chaguaya recién el año pasado. “Es que antes no conocía el secreto de friccionarse las piernas”, afirma.
Ya por Pampa Redonda, ubicada 9 kilómetros más allá se pueden encontrar puestos de la cruz roja que se establecen especialmente para auxiliar a los peregrinos en caso de ser necesario.
A partir de allí se ha recorrido la mitad del camino pero generalmente el cansancio se empieza a hacer sentir y si sucede como en años pasados el frío es intenso y no es posible hacer paradas de descanso muy largas.
“Mucha gente comienza a desertar desde ese lugar, el cansancio es fuerte y no hay que sentarse mucho rato porque luego ya no puedes seguir, hay que caminar sin parar”, dice Antonio y agrega que en cada parada hay menos gente.
En las paradas suelen estar los voluntarios, quienes ofrecen bebidas calientes y algo de comer. “También hay soldados en el camino que está vigilando que todo esté bien”, cuenta.
Luego de pasar por el Tunal se llega al Desemboque en donde se establecen puestos de comida y en donde también es posible tomar un refrigerio para seguir a Juntas del Rosario, a partir de donde la carretera es asfaltada por lo que el camino es más fácil.
El Mollar es la última parada. Desde esa comunidad ya se puede divisar el templo de Chaguaya, éste es el lugar en donde los peregrinos recobran las fuerzas movidos por la satisfacción de haber cumplido con su promesa llegar a pie a visitar el santuario de la mamita de Chaguaya.
La llegada es un momento que cada promesante vive de manera muy particular. “No sabes la emoción que se siente cuando lo logras y estás muy cansado, es una felicidad tremenda”, asegura Antonio y cuenta que algunas personas se detienen a descansar y otras van directo a la fila para entrar a la iglesia.
En el pueblo se ve mucha gente que ha pasado la noche ahí y han prendido fogatas para calentarse y descansan en espera de la misa.
El sacrificio se hace como una búsqueda de purificación de los pecados por lo que un paso fundamental es la confesión que se hace una vez llegados al templo, aunque se recomienda también hacerlo antes de iniciar la caminata en Tarija debido a que los sacerdotes no podrían confesar a la cantidad de gente que llega a Chaguaya.
El sábado posterior a la peregrinación de los jóvenes el templo se llena y no hay sitio para tanta gente. De acuerdo al párroco de Chaguaya Simón Díaz, un promedio de 20.000 jóvenes hace la peregrinación cada año.
Luego de la misa es una tradición muy importante hacerse pisar con la Virgen, una costumbre cuya esencia radica en la posibilidad de ser tocado por la imagen como una especie de bendición.
La fila es interminable y por ello son dos las imágenes que se utilizan como pisadoras para que la fila avance más rápidamente.
El devoto inclina la cabeza y el encargado del ritual asienta la imagen de la Virgen de Chaguaya en su cabeza. “Es una práctica única que solo se hace aquí en Tarija”, explica el padre Díaz en referencia a las costumbres que se desarrollan alrededor de la devoción en diferentes lugares del país.
También es parte de la promesa subir al calvario que se ha construido al frente del templo en un pequeño cerro al cual se sube reflexionando en cada estación, que hace revivir la pasión de Cristo. “Se sube rezando el rosario y cuando se llega a la cruz, entonces se deja el rosario colgado en el molle”, comenta Sandra.
Otro aspecto de la peregrinación a Chaguaya es el alimentarse una vez cumplidos los rituales eucarísticos y cuando la comunidad ofrece una variedad de comida criolla para el deleite de los peregrinos: sopa de maní o arroz con gallina criolla, además de picante, chancho al horno, tamales y las infaltables chirriadas que son la especialidad de la comunidad de Chaguaya.
Luego queda el retorno que se hace de diversas maneras, unos vuelven en vehículos particulares, camionetas, volquetas, o de transporte público.
“Se puede encontrar transporte gratis porque hay personas que lo hacen como promesa y traen de vuelta a los peregrinos a Tarija”, finaliza Antonio.

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