martes, 1 de noviembre de 2016

Un aviador militar es el personaje del cementerio en Colcapirhua

Un aviador militar (teniente) de la Fuerza Aérea Boliviana, Froilán Zamorano, enterrado el 14 de octubre de 1947, es uno de los moradores más antiguos del Cementerio General de Colcapirhua, ubicado a 10 kilómetros de la ciudad de Cochabamba.

En su lápida, ubicada en el bloque más antiguo de este camposanto, se destaca la figura de un aeroplano como homenaje de sus compañeros y amigos de la Octava Promoción de la Fuerza Aérea Argentina.

La administradora de este cementerio, Jenny Ontiveros, señala que el camposanto está emplazado en un terreno de aproximadamente tres hectáreas y se encuentra a cinco cuadras al norte de la plaza principal.

Algunos nichos, de 1950, están edificados en piedra. Uno de ellos de José Terán y otro de la familia Bustamante.

El espacio en el que antes se encontraban ataúdes, en el piso, ahora es ocupado por un área verde de al menos 2.000 metros cuadrados. Los restos mortales fueron exhumados y trasladados a nichos de uno de los bloques.

En este cementerio hay bloques que la Alcaldía alquila por cinco años a las familias de las personas fallecidas, mausoleos de personas particulares y entierros en el piso.

Para atender la demanda creciente de entierros en el municipio, la Alcaldía construye un bloque para 200 nichos, en el sector noroeste del cementerio, además de espacios para colocar restos o cenizas.

Cada mes se entierran como promedio entre 10 y 15 personas, según datos de la Administración de este camposanto.

Ontiveros prevé que se concluirá con la construcción de los nuevos nichos en los primeros días del mes de noviembre.

Para que el espacio del cementerio se extienda por lo menos 1.500 metros cuadrados más, la Alcaldía inició un proceso de expropiación de un terreno colindante al camposanto.

ALMAS OLVIDADAS

El cementerio de Colcapirhua alberga un sector, el de las “almas olvidadas”, en las que se entierran los restos de personas que han sido exhumadas, pero que no son reclamadas por sus familiares.

En este espacio se enterraron los restos de unas 47 personas en costales de yute, además de un par de párvulos que fueron encontrados en el basurero.

El lugar es visitado los primeros lunes de cada mes por personas que buscan un favor.

La administración del cementerio hace celebrar una misa el primer lunes de cada mes, al mediodía. En Todos Santos se realizará también una eucaristía, a las 12.00 horas.

Ontiveros subraya que en los seis años que trabaja en el cementerio no ha tenido percance alguno, porque les ha estado pidiendo a las almas que la cuiden, así como ella hace lo mismo con ellos.

BULLICIO DE NIÑOS

Ontiveros relata que en una de sus rondas escuchó el bullicio de niños en la parte noroeste del cementerio, cerca del sector de las almas olvidadas, reían a carcajadas. Pensó que un grupo de madres había ingresado con sus pequeños, pero grande fue su sorpresa cuando no encontró a nadie en el lugar.

Solo estaba un joven que se disponía a flechar con su honda a las aves de los molles. Ontiveros cree que los niños querían advertirle sobre esa situación que ocurrió hace un año.

En este lugar del cementerio hay varios niños enterrados, algunos de ellos bebés pequeños.

El sereno que trabajaba en el turno de noche contó que en más de una oportunidad sintió que un alma había subido a la oficina del segundo piso y movía la escalera y la carretilla. Ontiveros cree que se trataba del alma de una mujer que había sido enterrada tras un accidente y cuyos familiares no le habían puesto una misa.

El personal del cementerio hizo echar agua bendita en el lugar donde estaba enterrada la mujer y todo se calmó.

REZADORES

En el cementerio de Colcapirhua hay unos ocho niños y adolescentes que trabajan limpiando lápidas o rezando, pero con la autorización de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, para evitar problemas con sus padres.

En el lugar hay también cinco floristas que tienen el respectivo permiso del municipio para vender. Están ubicadas en la puerta de ingreso.

Los arreglos para Todos Santos

Para brindar la mayor comodidad posible a las personas que asistan al Cementerio General de Colcapirhua en Todos Santos, la administración del cementerio y la Alcaldía hicieron pintar los bloques de nichos, colocar cerámica en los pasillos y pavimentar el ingreso principal, además de la poda de árboles.
Se permite todavía el armado de mesas

En el Cementerio General de Colcapirhua, a diferencia de lo que ocurre en Cochabamba, se permite todavía el armado de mast’akus (mesas para los difuntos) y la intención de la administración es trasladar esta costumbre a la parte externa del camposanto, por salubridad. La idea es socializar primero esta idea.
478 Bolivianos cuesta el nicho de primera

El entierro en un nicho de primera en el Cementerio General de Colcapirhua cuesta 478 bolivianos, mientras que en el de segunda está a 308.

Después de cinco años se exhuman los restos y se los coloca a perpetuidad.

En 2017 exhumarán restos de cinco años

El próximo año, la administración del Cementerio General de Colcapirhua procederá a exhumar los restos de las personas que están cinco año o más en los nichos de los bloques. Ontiveros afirma que ya comunicaron a los familiares, pero muchos de ellos hacen caso omiso y rompen las notificaciones.




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