lunes, 9 de octubre de 2017

“Tarija en sabores”, una ruta turística no apta para dietas



Un grupo de instituciones, como la Organización de Gestión del Destino Turístico de Tarija (OGD), el proyecto Tarija Aromas y Sabores de Fautapo y el Movimiento de Integración Gastronómico Boliviano (MIGA), quiere impulsar en Cercado dos rutas turísticas que sean alternativas a la Ruta del Vino. El objetivo es posesionar a la gastronomía regional como parte del turismo.

“Tarija en sabores” es el emprendimiento al que se sumaron productores de comunidades, iniciativas familiares y pequeños empresarios. El País eN recorrió una de las rutas, la que lleva hasta San Lorenzo. Una ruta no apta para quienes están a dieta, pero sí para quienes quieren degustar las delicias de la tierra chapaca.
El recorrido inicia en el mercado El Molino, donde Candelaria Alarcón, Martha Tolaba, Pastora Borda y Casilda Vergara reciben al visitante para hacerle degustar un tradicional vaso de api con un pastel de queso. Las señoras además ofrecen otras variedades, como café con leche, té o chocolate, y si no quiere pastel puede optar por un tradicional pan bollo con un pedazo de queso.
La siguiente parada es la iglesia San Roque, donde el guía explica un poco la historia del barrio San Roque, uno de los más antiguos de Tarija, de la iglesia que lleva el mismo nombre y sobre la Fiesta Grande de Tarija.
Allí doña Eladia Fernández y Florentina Cardozo, chapacas que llevan más de 30 años preparando y vendiendo masas dulces, ofrecen las empanadas blanqueadas y otras variedades de masistas. No tienen problema en conversar con los visitantes y explicarles cómo se hacen las tradicionales empanadas, aunque admiten que no dan a conocer todos sus “secretos culinarios”. Y si le dio sed, ahí también halla refrescos típicos de la época, como la aloja de maní, el refresco de pelón, de linaza o de quirusilla.

Ingresando a Méndez
El recorrido sigue hasta Tomatitas, hasta “La Casa de Renato”, donde un grupo de mujeres esperan con deliciosas humintas a la olla, asadas, chirriadas, pastel o budín de choclo. El carisma del propietario de ese lugar, Renato Fernández Ugarte, acompaña a los visitantes que no pierden la oportunidad para sacarse fotos moliendo choclo con el batán o las mujeres que enseñan cómo preparar las humintas.
La ruta gastronómica continúa, hasta Erquiz Sud donde espera Carlos Aramayo, quien junto a su familia ha establecido una bodega restaurant llamada “La buena tierra”, un lugar que quiere mostrar las bondades de la comida de la tarijeña, del vino y del singani. Además de otros aperitivos elaborados ahí, como la Ratafia y un coctel de coñac que tiene entre 11 y 12 años de maceración.
La degustación de las bebidas se hace en la bodega principal, donde se ubican unos enormes barriles que antes eran usados para la elaboración de vino. Ahí también espera don Alberto Cortez Mariscal, un pequeño empresario empeñado en promocionar el consumo de carne de llama.
Y para mostrar sus bondades alimenticias da a probar charque, salchicha, chorizos y mortadela de llama, mientras explica cómo creó su empresa denominada “El buen gusto”.
El tiempo avanza y el recorrido también. No se puede salir de esa zona sin visitar Erquiz Oropeza, el olor a manzanilla atrae a los visitantes, quienes dicen sentirse maravillados por la belleza natural y el aroma que tiene el lugar.
Ya es medio día y la ruta “Tarija en sabores” llega hasta San Lorenzo, exactamente hasta el restaurante “Ande Osvaldo”, donde los propietarios esperan a los turistas con un bufet criollo que incluye sopa de maní, picante de pollo y lengua, el tradicional saice y ranga ranga, además de costillitas de chancho. Todo ello acompañado con un refrescante refresco de pelón.
Y mientras el visitante espera su almuerzo, un grupo de mujeres artesanas ofrece vestimentas con bordados que son típicos de la provincia Méndez. Camisas, mantas, mantillas y blusas son ofertadas a precios accesibles y si sólo quiere un pequeño recuerdo, las bordadoras le elaboran ese instante un diseño que identifique Tarija y se lo bordan en la mochila o el bolso.
La comida está servida y para amenizar un grupo de niños que forman parte de la Escuela de Música “Óscar Alfaro” muestran, mediante la danza, el calendario festivo de la región, que incluye el Carnaval, la Pascua Florida, la fiesta de San Roque y las infaltables trenzadas de Navidad y Reyes.
Finalmente se llega hasta Lajas, donde don Bernando espera en su panadería. Allí muestra cómo diariamente prepara más de 3.000 panes entre bollo, caspa y pan dulce de comadre. Comenta que esa comunidad es netamente de panaderos y casi todas las familias se dedican a ese rubro para vender su producto a los mercados de Tarija.
La visita no sólo es para observar y por ello hace degustar los rosquetes que elabora su suegra y el pan recién horneado que se preparó para el día, todo ello acompañado con un vaso de aloja de cebada.
Y así concluye el recorrido, algunos visitantes admiten que se van con unos dos kilos demás, pero satisfechos de conocer la otra cara de Tarija y sus comunidades, la que incluye los aromas y sabores de su gastronomía tradicional.

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