Tumichucua posee un lago de agua cristalina donde se practica la natación y la pesca controlada. En el centro de esta gigante fuente se encuentra una isla colmada de motacuses, así como grandes ejemplares de la floresta y fauna amazónica y que comienza a constituirse en la atracción de propios y extraños.
Organizadores
La feria es organizada por un comité local, integrado por los propios pobladores con el apoyo del Gobierno Municipal de Riberalta y la Gobernación beniana, constituyéndose en una secuencia de los festivales de playa y concursos de pesca efectuados en Cachuela Esperanza y Rosario del Yata.
Elmina Martínez, coordinadora provincial de Turismo, señaló que poco a poco se están dando las condiciones para explotar el turismo y aprovechar la riqueza natural que tiene la región, lo que repercutirá con beneficios para los pobladores por los ingresos económicos que se pueden generar con estas actividades.
Isla de motacuses
Tumichucua significa ‘Isla de motacuses’ en idioma tacana y los misioneros norteamericanos del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), que se asentaron en los alrededores del lago, decidieron mantener su nombre por la gran cantidad de esta palmera existente en el lugar.
Precisamente, una publicación del ILV de 1955 señala que en las cercanías de la isla tuvieron que efectuarse trabajos de desmonte y construcción de viviendas, con el propósito de contactar a las tribus selvícolas originarias de la región.
Finalizada la década de los 70 los misioneros estadounidenses volvieron a su país y transfirieron el lugar al Estado boliviano, ingresándose luego a una etapa de abandono que trató de revertirse con la construcción de un instituto de educación superior, hasta convertirse en una comunidad campesina que, gracias a la visión de sus dirigentes, apostó por el turismo
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