sábado, 20 de abril de 2019

Delegación recorre obra misional a 250 años de la expulsión de jesuitas

Integran la delegación una sobrina (5ª generación) del misionero jesuita Martin Schmid, así como Christian y Peter Roth, hijo y hermano del arquitecto Hans Roth, que restauró templos de las misiones jesuíticas



Una delegación de 20 personas proveniente de Suiza, recorre algunas ciudades y pueblos del continente americano donde en siglos pasados se desarrolló la experiencia más grande en el que la orden religiosa de los jesuitas formó, junto a los indígenas, un nuevo sistema de vida al cual denominaron reducciones y posteriormente misiones, y en la que introdujeron las artes y conocimientos, las cuales se mantienen intactas y vigentes hasta el día de hoy.

Integran la delegación Franziska Adele Monika Schmid, sobrina en quinta generación del misionero jesuita Martin Schmid, quien a partir del año 1730 formó escuelas de música y talleres de fabricación de instrumentos musicales, además de ser el diseñador y constructor de los templos de las misiones jesuíticas de Chiquitos. También se encuentra Peter Nikolaus Roth, hermano del arquitecto Hans Roth, quien restauró los templos de las misiones jesuíticas y que, posteriormente, construyó templos para las misiones franciscanas.

También figura Christian Roth, hijo de Hans Roth y coordinador general de la delegación, quien tiene un amplio conocimiento de las misiones jesuíticas y franciscanas en América.


El recorrido forma parte de la conmemoración de los 250 años de la expulsión de los misioneros jesuitas de América, que se decretó a través de una orden del Rey Carlos III de España, en el año de 1767; los últimos jesuitas abandonaron el territorio americano en 1768.

La delegación partió de Suiza el 5 de abril. Del 6 al 12 estuvieron en Paraguay; y del 13 al 22 de este mes recorrerán los territorios de las Misiones de Chiquitos. En esta región ya han visitado las misiones franciscanas en la provincia Guarayos. El lunes 18 arribaron a San Javier, lugar donde participaron de la celebración de una misa y en el que disfrutaron de un concierto del Coro y Orquesta Misional.

Los visitantes, a su ingreso a las misiones, pudieron experimentar la armonía entre la cultura y la naturaleza, algo que los jesuitas apreciaron mucho cuando llegaron a estas tierras a finales del siglo XVII.

Al finalizar el acto se improvisó una ceremonia en el que las autoridades municipales les obsequiaron presentes. Franziska Schmid agradeció por los regalos y dijo sentirse emocionada al escuchar las piezas musicales, algunas compuestas por su tío.


Comentó que al volver a Suiza se reunirá con su hermano y con el procurador de los Jesuitas de Suiza para ir organizando un acto especial con miras al 2022, en que se recordarán los 250 años del fallecimiento de Martin Schmid. En el 2030 se cumplirán los 300 años de la llegada de dicho misionero jesuita a San Javier.

Procurador suizo

En la comitiva también está Toni Kurmann S.J, procurador de los jesuitas de Suiza. ¿Cuál cree que hubiera sido la situación de América y de esta región chiquitana si los jesuitas se hubiesen quedado medio siglo más?, se le preguntó. Kurmann respondió que la obra que realizaron los jesuitas en Chiquitos estaba predestinada para algo más grande, porque una vez que se hubiesen consolidado habrían llegado más jesuitas, más indígenas y se hubiesen construido más escuelas.

Kurmann recordó que Hans Roth escribió hace 45 años, que estaba muy asombrado de que las iglesias hubieran sobrevivido en el tiempo, pero no así el sistema de desarrollo, los sistemas de riego ni los talleres artesanales. “Todo eso se perdió, pero está intacto el espacio sagrado, es lo único que unía a jesuitas e indígenas y que lo hace permanecer en el tiempo”.

“LA MÚSICA QUE SE RECUPERÓ ES MÁS IMPORTANTE QUE LA RESTAURACIÓN”
Peter Roth, al igual que su hermano Hans, es oriundo de la región de Baar (Suiza) donde nació el padre jesuita Martin Schmid. Peter comentó que, cuando su hermano supo que las iglesias de las misiones de Chiquitos necesitaban ser restauradas, él manifestó: “Mi antepasado construyó iglesias para los indígenas y con los indígenas, entonces, yo voy a restaurar esas iglesias, con los indígenas y para los indígenas”. Comentó que el arquitecto Hans Roth no lo pensó dos veces y decidió trasladarse a esta región chiquitana donde su obra es conocida.


La labor de Hans Roth sobrepasó lo pensado, pues no solo restauró y construyó iglesias sino también edificó escuelas, hospitales, parroquias y casa de religiosas; y cuando llegó a Bolivia dedicó casi en un ciento por ciento de su tiempo para lograr su cometido.

En un momento de la entrevista Peter Roth se quebró hasta las lágrimas y recordó las palabras que su hermano Hans le expresara diez días antes de su fallecimiento, a través de una carta que él aún conserva: “La música que se recuperó es mucho más importante que la restauración de las iglesias”.

A decir de Peter Roth, la música revivió al intérpretarse nuevamente en el interior de las iglesias y esa misma sensación lo sintió la noche cuando el Coro y la Orquesta Misional de San Javier ofreció un concierto, interpretando las partituras del archivo musical de Chiquitos.

Me tocó el corazón ver el legado de mi tío Martin”


Franziska Schmid, sobrina (quinta generación) del jesuita Martin Schmid, dijo que para ella es enriquecedor y un orgullo tener un personaje dentro de la familia, cuya obra haya perdurado en el tiempo.

-¿Qué lo motivo venir a América sobre todo a visitar la obra del misionero Martin Schmid?

Mis padres estuvieron, en varias oportunidades, en Chiquitos; para la inauguración de la iglesia restaurada de San Javier y la celebración de los 300 años de las misiones de Chiquitos (1991), todo lo conocí a través de las fotos que ellos mostraban y eso me motivó para conocer en persona estos lugares aunque ha cambiado mucho de lo que me comentaban mis padres, sé que en esa época se habían recuperado las partituras musicales, pero que aún no se volvían a interpretarlas. Sin embargo, ahora las estoy escuchando.

- Al ver toda esta obra, la iglesia y la música, ¿qué siente al saber que Martin Schmid motivó a los indígenas a realizarlo?

Me siento muy emocionada al ver en persona la iglesia, la música tocada por los jóvenes, es una enorme felicidad para mi ver el legado de mi tío Martin Schmid, escuchar una composición musical suya, es algo realmente muy emocionante, me tocó el corazón.

-¿Tiene pensado escribir un libro sobre su tío Martin Schmid?

No voy a escribir un libro ni componer música, pero el próximo año me voy a mudar a otra casa y en ella pienso pintar las figuras que adornan la iglesia de San Javier para que pueda tener un elemento arquitectónico y seguir manteniendo el legado del padre Martin Schmid.

La familia descendiente de Martin Schmid es muy grande, pero somos muy pocos los que estamos interesados en su legado y en el deseo de que esa herencia continúe hacia adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario