miércoles, 16 de febrero de 2011

Los viñedos de Caracato apenas son un recuerdo

Decir que a tres horas de La Paz, uno podía estirar la mano y arrancarle un fruto al noble naranjo, en los Yungas o, por el lado altiplánico, a dos horas, saborear los duraznos de Luribay o las uvas de Caracato es ahora casi un recuerdo.

En el primero de los casos, por la disminución de las plantaciones ante el avance de otras especies como la hoja de coca y, en el caso de Caracato, por el abandono de la región, además de la sequía.

A pesar de ello, Caracato, ubicado en la provincia Loayza de La Paz y donde se puede llegar por tierra en un viaje de dos a tres horas, es un hermoso valle cuya altura (2.400 msnm) regala un espléndido clima.

Los vestigios de lo que fueron las haciendas, sus viñedos y bodegas ahora son casi un recuerdo, además de algunas ruinas que dejan ver el esplendor de las haciendas de comienzos del siglo pasado. Otras, más modernas, buscan reverdecer lo que fue una de las regiones más agradables de La Paz.

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