domingo, 27 de febrero de 2011

San José de Chiquitos quiere una cultura viva para el turismo

OBRA: Rehabilitan el conjunto misional después de más de tres años de trabajos en arquitectura.

San José de Chiquitos, al ser uno de los centros culturales del país más importantes, realizó la inauguración de los trabajos de rehabilitación del conjunto misional que será el pilar del objetivo chiquitano.

La inauguración se efectuó como parte de la celebración de los 450 años de Fundación de Santa Cruz, gestada por Nuflo de Chávez, en la zona donde originalmente sucedió este hecho histórico: San José de Chiquitos.

El conjunto misional de San José de Chiquitos, siendo el único en Bolivia construido parcialmente con muros y bóvedas de piedra, ladrillo y cal, a diferencia de las construcciones comunes de madera y piedra, fue levantado entre los años 1747 y 1754; está compuesto por un templo, el colegio de los padres, la capilla miserere, el cementerio y el campanario o torre.

En 2006, después de un cuidadoso proceso de planificación, basado en investigaciones históricas y arqueológicas, el plan de rehabilitación de Misiones Jesuíticas de Chiquitos (Plan Misiones) inicia la intervención en el espacio misional como respuesta al alto deterioro en la parte de lo que es el colegio, más conocido como la “Bóveda”. Con equipos dedicados a obras de albañilería y la restauración de pintura mural, se trabajó a base de criterios y técnicas científicas, con la premisa de recuperar la originalidad del inmueble.

Para el arquitecto Marcelo Vargas, director del Plan Misiones, ésta es la segunda intervención que se realiza en la infraestructura. “La primera vez se hizo la restauración en la parte del techo y otros espacios, pero en esta oportunidad hicimos de manera más profunda porque no sólo nos abocamos a la restauración como tal, sino pudimos rescatar varias de las pinturas existentes en cada uno de los predios, esto hizo de que el proyecto se ampliara en su cronograma y presupuesto”.

Explicó, también, que en el proceso de los trabajos que se efectuaban aparecían muchos otros elementos que se traducían en ejecutar una labor más integral. “Tuvimos que valorar tres aspectos: el documental o histórico, el arquitectónico y lo significativo de los elementos, definiendo la autenticidad no sólo en función de su materia original, sino de su capacidad para garantizar su permanencia en el tiempo”.

Las intervenciones en cada parte del monumento se realizaron respetando la apariencia, el diseño, el sistema constructivo, los materiales y la decoración; conservando fielmente la secuencia histórica según criterios de preservación de elementos arquitectónico-artísticos de valor histórico, la liberación de elementos añadidos y otros no funcionales, la consolidación de estructuras, la restauración de las pinturas murales de todo el conjunto, la reintegración de piezas originales y la integración de instalaciones y carpinterías.

“En todo este proceso de ejecución, se trabajó bajo las premisas que sigue el Plan Misiones. En cuanto al uso de materiales locales y la recuperación de técnicas tradicionales que utilizan como principal material la cal, se recolectaron y fabricaron pigmentos a base de piedras naturales obtenidas de yacimientos de la región; para las pinturas murales se prestó especial atención a la utilización de cerámicas y ladrillos artesanales en la bóveda y pisos. Estas acciones permitieron conservar y restituir la originalidad en todo el monumento”, destacó Vargas.

El monumento restaurado cuenta además con un novedoso museo de sitio y a la vez centro de interpretación, que permitirá a todo visitante conocer la historia de las misiones chiquitanas en esta parte del país.

Se invirtieron 745.212,28 dólares, financiados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) con 559.828 dólares, la Diócesis de San Ignacio de Velasco aportó 41.376 dólares y el municipio local con 144.008 dólares.


Carlos Marín-Enviado especial

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