lunes, 9 de marzo de 2015

Pasorapa, una veta turística por explorar

Famosa por su vocación ganadera, Pasorapa es una población fuertemente ligada a las costumbres del oriente boliviano; no obstante, jurisdiccionalmente se encuentra dentro el departamento de Cochabamba, en calidad de segunda sección municipal de la provincia Narciso Campero.

Creada el 6 de octubre de 1926, y oficializada como tal el 5 de marzo de 1927, el municipio de Pasorapa cumple este 2015, sus 88 años de vida autónoma.

No obstante, al parecer el surgimiento de esta población data al siglo XVIII, pues su iglesia primogénita fue construida el 8 de octubre de 1782.

Sin embargo, los antecedentes referentes a sus culturas primigenias hablan de fechas más remotas, dada la existencia de varios murales pétreos, ciudadelas y templetes precolombinos. Una de las últimas en dejar sus huellas fueron la extinta cultura inca.

PASORAPA TURÍSTICA

La belleza escénica no solo se encuentra en el centro poblado, también está en sus alrededores, sus comunidades, sus costumbres y tradiciones, en su gente, su gastronomía, su naturaleza.

Los amantes de la naturaleza tienen la posibilidad de visitar la Reserva Municipal, hábitat de una rica variedad de plantas y animales. Los que prefieren conocer los hechos históricos pueden optar por visitar los recintos arqueológicos donde las construcciones y muestras rupestres están a la espera de ser descubiertas e interpretadas. El plato fuerte, aunque desconocido por propios y extraños, es el aviturismo.

AVITURISMO

Existen varios lugares dónde poner en práctica esta especialidad. La comunidad de Tabacal, la Aguada, Espinal, Bañado Redondo y el fuerte de Pucará y La Yunga son los escenarios más recomendados.

De todas ellas, además de encontrarse próximo al centro poblado de Pasorapa, Aguada es el mayor referente turístico natural, debido a la existencia de una rica biodiversidad de especies nativas, teniendo como abanderada las aves.

La especie más emblemática es la paraba de frente roja (Ara rubrogenys), cuyo plumaje de colores vistosos y de una cacofonía estridente, hacen de este lugar su hogar y su reino temporal una vez al año. De mayo a julio son los meses donde se las puede apreciar. Las parabas no son las únicas que tienen por hábitat esta zona, pues se suman otras tres especies emparentadas como los loros y pericos. Parte de este aviario natural es el cóndor, pájaro carpintero, gallito de roca, la pava de monte, los gorriones, colibríes, etc.

En esta zona existen dos puntos arqueológicos con pinturas rupestres.

RIQUEZA ARQUEOLÓGICA

No solo la madre naturaleza tiene un sitial preferente en Pasorapa, también están los monumentos arqueológicos. En todo el municipio existen varias representaciones; algunas corresponden a construcciones arquitectónicas, otras a la estética reflejada en el arte rupestre.

Fortaleza de Pucará

Por la dimensión territorial que ha ocupado en el amurallado de este monumento arqueológico, podría decirse que está entre los asentamientos incas más grandes a nivel nacional.

Si bien no ha merecido la atención de parte de las autoridades nacionales llamadas por ley a velar este tipo de monumentos, Pucará tiene muchos misterios por develar a los especialistas.

Este espacio se decía que servía como punto de concentración para el ejército incaico, quienes aquí planificaban sus estrategias, ya sea en plan de conquista territorial, en plan de ataque o en plan de defensa de sus enemigos más comunes: los chiriguanos.

Pucaracito

Replegada en torno de una gigantesca cueva rocosa que corona la cima de un cerro, como si intuyera futuros peligros, se manifiesta Pucaracito: otro de los recintos arqueológicos incaicos de importancia en el municipio de Pasorapa. Se trata de una pequeña fortaleza infranqueable, plagada de mucho misticismo, dada la presencia de una enorme cueva, cuya forma y posición infunde temor, pues sobre ella se han tejido varios cuentos. Uno de ellos narra que esta cueva habría sido la puerta de acceso al inframundo; aunque otros optan por decir que simplemente era la entrada principal a la fortaleza. No falta quien cite que al final de la cueva existe un túnel y que desde ahí se puede ir hasta el fuerte de Pucará o La Yunga. No obstante, nadie lo ha comprobado.



Cúpulas astronómicas

En el punto intermedio del camino que vincula entre la comunidad de Toyota Alta y La Yunga, se hallan decenas de cúpulas precolombinas, conocidas también como espejos astronómicos.

La base para su eternización ha sido una gigantesca plataforma rocosa de origen sedimentario. Sin autores identificados, sin precisión del tiempo de su horadación, pero su existencia es tan real que, contarlas resulta imposible dada la abundante cantidad trabajada sobre la enorme masa rocosa.

Pinturas rupestres

Pintadas con diferentes tonalidades de ocres, las pinturas están entre los íconos turísticos culturales más importantes del municipio.

Personas en aprontes de caza; animales que juegan parte del equilibrio de la sobrevivencia humana o como objeto de veneración, forman entre las tantas figuras inmortalizadas en los aleros rocosos.

Sin precisión de fechas de creación

o de autores, ni de nuevos descubrimientos, visitar cada una de ellas

es simplemente descubrir nuestras raíces primitivas.

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