lunes, 22 de junio de 2009

El solsticio atrae a más turistas

Miles de manos levantadas y temblorosas recibieron los primeros rayos del sol en el templo de Kalasasaya. Los ocho grados bajo cero en el lugar no impidieron que cerca de 40 mil visitantes celebren la llegada del año 5517.

“Corazón del astro Sol, corazón de la madre tierra, corazón de la sagrada agua, corazón del sagrado fuego”, fueron las palabras del amauta Lucas Choque, como una forma de pedir permiso a los “tatas”, antes de preparar la mesa de ofrenda para dar bienvenida a un nuevo año andino.

Este año se superó la asistencia de otras gestiones (el 2008 se calculó 25 mil visitantes). Entre los asistentes se encontraban autoridades locales, departamentales y gubernamentales. Ade- más, cerca de 25 legaciones diplomáticas (embajadas, consulados, Union Europea y la OEA) enviaron representaciones, dando un realce especial al evento.

Pese a la difícil relación con Bolivia, fue notoria la presencia del encargado de Negocios de la Embajada de Perú, Jorge Hottest.

Ante la ausencia del presidente Evo Morales, los ministros de Cultura, Pablo Groux, y de Planificación, Noel Aguirre, entregaron dos ofrendas de agradecimiento al Sol.

Sin embargo, fue la gente, en su mayoría joven, la que dio el ambiente festivo a la celebración. Desde las 22.00 del sábado, la plaza central fue escenario de actuaciones de grupos renombrados de folklore y rock boliviano. Los grupos de música autóctona fueron los más aplaudidos.

Desde las 5.30 (domingo), en una gran caravana, los visitantes se dirigieron a las ruinas de Tiwanaku. Grupos autóctonos acompañaron, con música, el recorrido hasta llegar a la puerta de ingreso. “La gente rebasó la capacidad del templo”, dijo uno de los policías que controlaba la entrada.

En el templo, la alegría aumentó. A las 6.40 llegaron los miembros del consejo de amautas de Tiwanaku para iniciar la ceremonia de agradecimiento y bienvenida al “padre Sol”. El sonido del pututu anunció a los presentes que el rito comenzaba. Después de

unos minutos llegó el mallku de Tiwanaku, Valentín Mejillones, quien, el 21 de enero del 2006, entregó el cetro de mando a Evo Morales.

Los espectadores e invitados se congregaron cerca de la “Piedra de ritos al padre Sol” en el templo.

Eran las 7.05, y el Sol comenzó a enviar los primeros rayos. Los asistentes levantaron sus manos y los amautas colocaron la ofrenda de bienvenida. El momento llegó, el Sol iluminó las ruinas y dio la bienvenida al nuevo año.

Venta de barbijos • Personal del Servicio Departamental de Salud instaló una carpa en el centro de la plaza de Tiwanaku, para obsequiar barbijos a las personas con resfrío y para venderlos a un boliviano a las que no presentaban ningún síntoma. Los choferes, policías y vendedoras accedieron a los barbijos gratuitamente.

Grupos participantes • La cantante Gísela Santa Cruz y los grupos Solsticio, Bonanza y Deszaire, además del grupo autóctono Centro Cultural Viacha, fueron los encargados de amenizar los actos previos a la llegada del nuevo año.

El Tren Turístico • Aproximadamente a las 3.30, el denominado Tren Turístico llegó hasta la población de Tiwanaku con turistas y periodistas, tanto bolivianos como extranjeros.

Productos más vendidos • Los puestos de venta de chalinas, gorros de lana, guantes y mantillas fueron los que generaron mayores ingresos. El frío obligó a la gente a comprarlos a precios de oferta. La comida fue también una de las más requeridas en Tiwanaku. Había platos desde tres bolivianos.

La ausencia del Presidente decepciona a los visitantes

Muchos de los asistentes a la celebración del año 5517, en Tiwanaku, salieron decepcionados por la ausencia del presidente Evo Morales, a quien los pueblos originarios le entregaron el cetro de mando en esa región, el 21 de enero del 2006.

“Me voy muy triste y decepcionada, porque llegué desde Chile sólo para ver al Presidente y de pronto abrazarlo o sólo darle la mano”, afirmó Claudia Alcoma, quien llegó desde Arica para participar de la celebración.

A pesar de que no se oficializó la asistencia de Morales en el solsticio, miles de personas entre bolivianos y extranjeros esperaban que llegue como el año pasado, unos minutos antes de la salida del Sol, para entregar la ofrenda de bienvenida al nuevo año.

“Esperábamos que el Presidente venga, y la verdad es que era muy importante que esté aquí para que pida permiso a los abuelos, para realizar su campaña para estas elecciones. Si no lo hace, le podría ir mal”, dijo Nicolasa Espinosa, miembro de la Asociación de las Mensajeras del Sol de la población de Tiwanaku.

El 21 de enero del 2006, el actual Mandatario fue investido en las ruinas de Tiwanaku como la máxima autoridad de los pueblos del Abya Yala (América). 

En esa ocasión, el mallku Valentín Mejillones le entregó el bastón de mando. Ayer no pudo repetir el acto. “Quizás se le presentó otra actividad, por eso no pudo venir”, dijo el mallku un tanto desanimado.

Queja: El precio de las entradas subió

Una de las mayores quejas de los visitantes a la población de Tiwanaku fue el incremento en el precio de las entradas al pueblo y al acto en las ruinas.

“No es posible que nos cobren 15 bolivianos, igual que a los extranjeros. Cada año hacen subir más las entradas”, dijo molesto Mariano Calle, que intentaba ingresar a las 5.30 a las ruinas.

Todos, sin excepción, debían pagar 15 bolivianos para acceder al ingreso a las ruinas de Tiwanaku. El año pasado el precio de las entradas era de Bs 10.

Otro reclamo fue por el pago obligado de 10 bolivianos por cada vehículo que ingresaba al pueblo. Funcionarios de la Alcaldía de Tiwanaku se encargaron de cobrar ese monto.

CONSUMO: Hubo excesos con el alcohol

A pesar de que se anunció que habrían controles, para evitar el exceso en el consumo de bebidas alcohólicas, muchos visitantes no cumplieron la restricción. Tanto jóvenes como adultos bebieron al grado de perder la conciencia durante la celebración.

A partir de las 4.00, se podía observar en la plaza y las calles de Tiwanaku, a hombres y mujeres en total estado de ebriedad, al punto de quedarse dormidos en el suelo, a pesar del frío.

Hasta esa hora no había ningún efectivo policial que controle los excesos. Su llegada se produjo a las 4.30. Por la mañana, las calles estaban llenas de basura y de decenas de botellas vacías de bebidas alcohólicas.

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