lunes, 21 de octubre de 2013

Mirador de Jach’a Kollo



Alejado de la ruidosa cotidianidad de La Paz, con casi 360 grados de vista sobre ella, el balcón Jach’a Kollo ofrece asomarse a la ciudad desde la ladera oeste. Es una saliente de tierra ubicada en la zona Villa Nuevo Potosí, en el Macrodistrito Cotahuma, fácilmente identificable gracias a una gran cruz blanca que tiene en su parte más alta. Totalmente cercado y rodeado de barandas, sin costo de entrada, permite observar los cuatro puntos cardinales de la hoyada y sus achachilas: desde el Huayna Potosí al Illimani, y entre ellos, asoma el pico del Mururata.

Su nombre, Jach’a Kollo, significa “Gran Cerro”. Y aunque no tiene tal tamaño, sí ofrece una espectacular visión. Al mirar hacia atrás se puede ver de cerca la ladera oeste, el bosquecillo que crece sobre un cortado del ribazo, los ríos de ladrillo que inundan la ladera donde se unen La Paz y El Alto, y las antenas de Ciudad Satélite. Una vista completa.

Es también una apacheta (lugar ritual) donde se puede “contratar” los servicios de un yatiri. Es habitual asomarse y ver, unos metros más abajo, sobre la falda del cerro, los restos de un sahumerio todavía humeante.

Al atardecer, la sombra cae desde la ciudad alteña inundando el lado oeste de la urbe. Se observa cómo las luces llenan de focos las calles y, a lo lejos, la zona Sur retiene la luz solar mientras el centro se oscurece. Desde aquí ya se asomaron a mirar la antigua Chuquiago los que cercaron La Paz en 1781.



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