martes, 11 de septiembre de 2018
La vía turística Huarina-Tiquina está rodeada por montañas de basura
La doble vía Huarina-Tiquina, carretera que conecta La Paz con Copacabana, fue convertida en un enorme basural, pese a que es una ruta turística. La Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) dijo que dará una explicación la próxima semana.
Pasando la tranca de El Alto, en bermas, cunetas y a la vera del camino —inaugurado el 17 de julio del año pasado— hay montículos con todo tipo de desechos, desde material hospitalario hasta escombros.
Las cunetas, diseñadas para que fluya el agua cuando llueve, están atiborradas de cientos de botellas pet, resultado de las personas que beben refrescos y gaseosas y las botan a la vera del camino. También hay botellas de vidrio a montones.
Una vez que se cruza la tranca, todo empeora, ya que el paisaje andino se opaca con el protagonismo de las bolsas enredadas a las plantas, los envoltorios de comida y cartones.
“Son de la gente que va hacia el lago Titicaca o a las comunidades y echa su basura desde sus autos o micros. Además vienen camiones a botar todo a estos lugares”, dijo el agricultor Zenobio Yapara, quien se desplaza en una bicicleta.
Mientras el vehículo de La Razón avanza y pese a ser un espacio abierto, el olor nauseabundo que desprenden los desechos ofende el olfato. Es la descomposición de residuos orgánicos mezclados con papeles higiénicos, pañales, condones y compresas usadas.
No es lo único que está en avanzado estado de putrefacción, también hay restos de comida amontonada y, lo peor, cadáveres de animales domésticos, sobre todo canes, atropellados por los vehículos que circulan a alta velocidad.
Un cuadro tan impresionante como el anterior es la basura hospitalaria regada aquí y allá, por su alto riesgo para la salud.
“Los residuos que contienen agentes biológicos e infecciosos son muy peligrosos para las personas, porque las pone en riesgo de contraer enfermedades, ya que son generados por instituciones de salud y hay riesgo de que transmitan enfermedades”, explicó el biólogo Carlos Quintana.
Su colega Valeria Antezana precisó que además de las personas, los animales del lugar también son afectados por esos desperdicios. “Afecta a las aves del lugar, que confunden plásticos con la comida, ya que se basan en el color, y mueren. Esto diezma la población”.
Además existe en el trayecto montañas de cascajo, ladrillos y desechos electrónicos.
“Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos contienen más de 200 compuestos diferentes, entre los cuales hay varios elementos potencialmente peligrosos para la salud. Además, los químicos y metales líquidos contaminan la tierra”, advirtió Quintana.
Hace dos semanas, la unidad de prensa de la ABC informó que Conservación Vial se encarga del mantenimiento. El 6 de septiembre, esa oficina dio a conocer que la gerencia general de la regional La Paz responderá las consultas de este diario la próxima semana.
Este medio trató de contactarse durante dos semanas con el alcalde de Copacabana, Félix Nina, para conocer el efecto sobre el turismo, pero pese a pedir a través de su asistente que se le vuelva a llamar, no contestó. También buscó a Agustín Quispe, autoridad edil de Huarina, con el mismo resultado
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