domingo, 21 de agosto de 2011

Santiago de Chiquitos. Un mundo de tradición y naturaleza

s un lugar protegido por la serranía chiquitana. en su fiesta patronal exhibe su cultura en pleno. Asentado en la reserva del Valle de Tucabaca, este es un lugar que hay que conocer




Fotos: Max Toranzos
Su riqueza natural y sus tradiciones son un secreto a voces. Santiago de Chiquitos, una de las últimas misiones jesuíticas establecidas en la Chiquitania, se ha hecho conocida con frases como: ‘El paraíso por descubrir’, ‘Sucursal del cielo’, y otras parecidas que pasan de boca en boca y aparecen en múltiples páginas de Internet. Todas estas versiones apenas provocan que más gente recorra alrededor de 400 kilómetros desde Santa Cruz de la Sierra hasta Roboré; y de allí, seguir 22 kilómetros más hacia el este, hasta encontrar este lugar, del que tanto se habla.

Fue fundado como Santiago Apóstol en el año 1754 por los misioneros Gaspar Troncoso y Gaspar Campos. Tal vez mucha de su fama de refugio o paraíso escondido la tiene ganada por su ubicación. Para llegar hay que recorrer un camino ondulado que al principio parece que no lleva a ningún lado. Luego aparece Santiago, protegido por la serranía chiquitana y lejos del calor de los llanos.

Con una población de poco más de 1.000 habitantes, Santiago debe mucha de su fama a la gente que aquí pasó buenos años de su niñez y juventud, porque a partir de 1950 en adelante, la presencia del Colegio Internado Evangelista influyó en la vida de Santiago y atrajo a estudiantes de todo el país. Ellos han creado Fundesanch, para impulsar la región que supo conquistar con su tradición y naturaleza.

Estos dos atributos son los que más atraen al turismo. Rafael Roca, de Roboré Tours, elogia la tranquilidad que se respira en el lugar, donde hasta hace poco no llegaba la telefonía celular, la riqueza de la cultura chiquitana y los paisajes que tiene para ofrecer.

El libro Naturaleza y Arte en Santiago y Tucabaca, que acaban de publicar la consultora ambiental Anaí Holzmann, la artista plástica Gina Foianini y el fotógrafo de naturaleza Hermes Justiniano, también es una muestra de la importancia de la serranía y del Valle de Tucabaca, una reserva departamental que protege el Bosque Seco Chiquitano, único en su especie, pero que no escapa a las amenazas del hombre.

Para quien ama la naturaleza, Santiago ofrece múltiples senderos, caminatas para observar rocas erosionadas por el viento y el agua, pinturas rupestres de la época precolombina, cascadas y cavernas, muchas aún inexploradas. El turista argentino Andrés Mendoza estuvo hace unas semanas en la serranía de Santiago y dice que es la mejor opción para escalar montañas.

Toda esa grandeza natural se enriquece con muestras de la cultura chiquitana. Para la fiesta de Santiago de Chiquitos, por ejemplo, los lugareños hicieron la novena al santo, y los abuelos (foto superior), con sus coloridas caretas, bailaron.

Santiago está cada vez más preparado para recibir al visitante, tanto al que quiere un hotel con todas las comodidades, como el que prefiere el ambiente hogareño de una posada. Los restaurantes también han ajustado su servicio, y el flujo de vehículos que hacen el recorrido desde Roboré hasta Santiago y viceversa se adapta a la demanda. El turismo ahora es una fuente de ingresos para gente que provee alojamiento o ejerce como guía turístico. Ernesto Balcázar dejó su taller mecánico y ahora realiza traslados por zonas que él conoce muy bien.


Misterio. Esta es la Cueva de Miserendino, a donde se llega después de dos horas de caminata. Una gran piedra moldeada por las caídas de agua ofrece una vista espectacular. Dicen que fue la última morada de Miserendino, un migrante italiano que se refugió en Santiago de Chiquitos. El turista argentino Andrés Mendoza, un escalador que estuvo allá, dice que la cavidad está rodeada de enigma


Fe firme. Una niña pasa junto a las campanas de la iglesia, que está en plena plaza de Santiago. El repique de campanas por largos minutos anuncia el inicio de la fiesta patronal. En la misa se oyen cánticos en lengua originaria y los violines dan un toque especial a la celebración



Clima. Así lucía la plaza de Santiago a las 10:30 de la mañana. La neblina es parte de la diversidad de climas que se pueden sentir. La serranía chiquitana protege al pueblo de los calores intensos de los llanos orientales




Santo Patrono. El día de la fiesta patronal, la procesión congrega a toda la población. Después de la misa especial, todos salen con el santo a cuestas. Es parte de la celebración central de Santiago de Chiquitos

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