domingo, 16 de noviembre de 2014

TURISMO. VIAJE POR LAS TIERRAS DEL BENI Al encuentro de los bufeos

Amor por la naturaleza. Un día de ensueño a bordo de una de las embarcaciones más representativas del oriente nos lleva a una cita a ciegas, mágica y llena de mucha emoción con los delfines de agua dulce.

Apenas se logra conciliar el sueño en el “Resort Tapacare”. Los 35 grados centígrados de temperatura en Trinidad - Beni, se convierten en un verdadero suplicio cuando se está acostumbrado a un clima más templado como el de Cochabamba.

Hay que recordar al lector que la aventura por las tierras benianas se inició en Rurrenabaque, paso por San Borja y San Ignacio de Moxos; información que se entregó en un primer reportaje. Ahora toca el turno a Trinidad.

Este viaje fue organizado por el Viceministerio de Turismo, como parte de un plan que pretende mostrar los atractivos que tiene este departamento, y luego de tres días de programa, estamos a punto de llegar al evento más culminante del viaje.



A ORILLAS DE LA GRAN AVENTURA

Apenas el sol comenzaba la nueva jornada, 20 periodistas de diferentes medios de comunicación del país abordan un pequeño micro para llegar hasta el Puerto Ballivián, que está ubicado a nueve kilómetros de la ciudad de Trinidad, camino a Loma Suárez, anteriormente conocida como Loma Monovi a orillas del río Ibaré.

Lamentablemente el cielo está encapotado y al parecer una amenaza de llovizna parece dañar la actividad, justo cuando todos están esperanzados con poder divisar a los bufeos.

Luego de casi 15 minutos en el bus la delegación llega al puerto. Ahí comenzamos a informarnos acerca de nuestro objetivo del día, los bufeos... o delfines de agua dulce. La ansiedad es latente, pocas veces se tiene la posibilidad de estar tan cerca de estos bellos animales.

El agua está turbia y no está tan caliente, la duda comienza a apoderarse de todos... ¿será que podremos tener la suerte de verlos? Al parecer nuestro temor puede se descifrado por los presentes y no demoran en mencionar que no nos preocupemos y que los bufeos suelen nadar junto a las embarcaciones que navegan por los ríos Mamoré, Iténez o Ibare, algunos de ellos van saltando apenas entre las aguas para tomar oxígeno.

Aquellos que ya han tenido la suerte de verlos y tienen el recuerdo vivo en la memoria, de sus colores y movimientos, que se comenta que son todo un espectáculo.

De acuerdo a los conocedores esta especie puede ser encontrada en los departamentos de Beni, Santa Cruz y Pando, en las sub-cuencas de los ríos Madera, Mamoré e Itenez.

Poco a poco se va acercando una embarcación, la cual nos lleva directo al barco “La Reina del Enin”, la cual está esperando por la delegación río arriba.

Primera ilusión

Para llegar al flotel “Reina del Enin”, la delegación organizadora puso dos lanchas a disposición que conducen río arriba hasta dar encuentro con la embarcación.

Grande es la sorpresa cuando a pocos minutos de estar sentados en la lancha se escuchan gritos de admiración. ¡Ahí están!, !por aquí!, !allá! y la mirada inexperta de los comunicadores se pierde entre las turbulentas aguas y no se puede identificar a los bufeos.

Dos, tres y hasta cuatro gritos de alerta nos hacen girar la cabeza de una lado a otro, mientras los colegas de audiovisuales darían su vida por verlos pasar en cámara lenta. Los flashes se disparan sin ton ni son, las miras de las cámaras no identifican a los animales pero sí enfocan y disparan.

Los ojos están puestos en el agua y así ser testigo del momento en que emerjan. Un grupo de bufeos alterna a lado del bote y ofrecen un espectáculo singular, parece que hasta hubieran ejercitado una pequeña coreografía sincronizada. Poco a poco los lomos rosados comienzan a perderse y muchos colegas solo desean revisar sus imágenes para ver si tienen algún o algunos bufeos entre ellas.



SOBRE EL cetáceo

El bufeo o delfín boliviano (Inia boliviensis) es un cetáceo que habita únicamente los ríos de la cuenca alta del río Madera, en los departamentos de Pando, Santa Cruz, Cochabamba y, principalmente, Beni.

El bufeo es un delfín exclusivo de los ríos de Sudamérica y es el único cetáceo existente en Bolivia. Entre sus características más representativas se encuentran el cuerpo macizo, un hocico largo y una frente prominente. Su coloración varía desde un tono blancuzco-rosado hasta gris.

Inicialmente, se creía que el delfín en Bolivia era una subespecie de la especie de Delfín de Río, presente en Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela; pero, basados en características genéticas y morfológicas, -como ser mayor tamaño corporal, mayor número de dientes y caja craneana más pequeña-, los científicos concluyeron que se trata de una especie única y endémica de los ríos de la región amazónica de Bolivia.

Dicen que este animal puede vivir hasta 20 años pero el delfín boliviano es vulnerable, debido a la disminución de sus poblaciones y la pérdida y degradación de su hábitat.

Debido a la importancia como especie endémica de la región, el Estado Plurinacional de Bolivia, en 2012, mediante Ley N° 284, declaró al bufeo como “Patrimonio Natural de Bolivia” y por ello se crearon emprendimientos de protección a esta especie, como el programa de Investigación y Conservación del Bufeo en Beni, que cuenta con la colaboración de la Gobernación de Beni y los municipios de Trinidad y Magdalena, y empresas privadas.

LA REINA DEL ENIN

Muchos turistas optan por embarcarse en el flotel Reina de Enin para tener más oportunidades de observar a este cetáceo. Dicha embarcación cuenta con todas las comodidades de un hotel y la empresa ofrece paquetes turísticos muy interesantes, que van de acuerdo a la economía de cada turista.

El promedio de inversión es de 100 dólares por persona, dependiendo mucho el tipo de actividad que desee realizar.

Al principio “La Reina del Enin” ofrece un paseo por el río, con diferentes actividades, como pesca deportiva y de pirañas, encuentro con los bufeos, caminata, excursiones a la pampa y estancia, visita a las comunidades, safari fotográfico, visita de lagunas e incluso se puede disfrutar de una “caimaneada”, es decir salir en la noche a buscar caimanes por el sector.

En realidad el solo hecho de pasear por el río Ibaré es ya una aventura, porque estamos rodeados de amplia vegetación. Según los conocedores, esta región cuenta con alrededor de 200 especies de aves y cerca de 400 especies de peces, sin dejar de mencionar la exuberante vegetación que se observa.

Y mientras la brisa del río nos va meciendo, el capitán del flotel, Nico Feldmann, comenta que el mejor momento para realizar estos recorridos es en época seca.

La embarcación lleva 27 años de labor turística, cuenta con espacio para albergar a 38 personas, además de la tripulación, la cual varía de acuerdo a la cantidad de turistas.

De acuerdo a Feldmann los paquetes turísticos más atractivos son los que tienen más días, puesto que da más opción para realizar más actividades.

En esta oportunidad señala que nuestro tiempo está limitado y que por lo tanto no podremos navegar seis horas río arriba para poder llegar hasta una de las regiones donde existen más bufeos.

Según relatos de algunos turistas en esta zona los bufeos tienden a ser más juguetones e incluso se animan a tomar mayor contacto con los humanos.

Entre la hacienda y la selva

Es así como toda la delegación se dirige a pie hasta la hacienda el Carmen. La verdad que el camino es soñado, pasamos por pastizales, pampas hasta llegar a destino y allí observar animales, tanto de granja como del lugar.

Sin dejar de mencionar la maravillosa presencia de aves exóticas del lugar, entre ellas parabas, loros y otros. Al retornar ingresamos hacia la zona selvática para observar la espléndida vegetación de la zona.

De retorno en el flotel y mientras la puesta de sol se hace presente, la magia de la naturaleza obra en los presentes y la mente se aleja de los problemas cotidianos y silenciosos algunos bufeos nos acompañan. Su salida a lado de la embarcación parecería estar dando su despedida... Beni la tierra del encanto oriental, no dejó de sorprenderme nunca.


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