martes, 21 de febrero de 2012

Costa este de Uruguay, un imán para los ricos

La cara más visible es la cantante colombiana Shakira, pero cada vez hay más millonarios de todo el mundo que recalan en la costa este uruguaya interesados en hoteles y desarrollos inmobiliarios que combinan los más altos estándares de calidad con la naturaleza en estado puro.

La referencia inevitable sigue siendo Punta del Este, a unos 140 kilómetros al este de Montevideo, pero otro destino del departamento de Maldonado, donde se encuentra el famoso balneario, como José Ignacio y Laguna Garzón, marca la pauta en los últimos años.

“Las dos tendencias que se están generando (en la zona) son hacia dentro”, hacia el campo, donde se pueden realizar “actividades rurales muy próximas al mar”, y hacia el este sobre la costa, en dirección a Brasil, afirma en una entrevista a EFE Juan Irala, consultor de la inmobiliaria Terramar Christie’s.

En pleno verano austral, Irala hace balance de la temporada en su oficina de José Ignacio, una villa costera famosa por su faro y donde sólo quedan dos lotes en venta sin edificar, de 1.000 metros cuadrados y a cinco millones de dólares cada uno.

“Lo que antes, en un primer momento, fue un lugar de veraneo típicamente argentino en el extranjero después fue incorporando otros amigos” procedentes del emergente Brasil, EEUU y Europa, explica el representante de esa empresa uruguaya, afiliada a la rama inmobiliaria de famosa casa de subastas británica.

Cadena hotelera

No lejos de allí, entre Punta del Este y la localidad de San Carlos, Irala comercializa el proyecto Fasano, un hotel de la cadena brasileña del mismo nombre, complementado con un desarrollo inmobiliario e impulsado por la también brasileña JHSF.

Los precios de las habitaciones del hotel en temporada alta oscilan entre los 900 y los 1.300 dólares la noche. Y, sin embargo, se llena. Abrió en 2010 y cuenta con 32 bungalós diseñados por el arquitecto brasileño Isay Weinfeld con un estilo minimalista que se integra con el paisaje.

A su restaurante han acudido celebridades como la modelo israelí Bar Rafaeli o el guitarrista británico Ron Wood, de los Rolling Stones, que pudieron escoger platos como un caviar a casi 500 dólares o vinos franceses de 1.000 dólares.

El hotel, donde el DJ francés David Guetta se alojó en enero, ocupa 30 de las 480 hectáreas del desarrollo inmobiliario, que en 2011 vendió 27 lotes sin edificar con superficies de más de 5.000 metros cuadrados y precios desde un millón de dólares.

“Uruguay es un país seguro, tiene una democracia muy bien establecida e instituciones sólidas”, argumenta Jimmy Fowler, otro consultor de Terramar Christie’s, sobre el “estallido” inmobiliario.

El lujo del este uruguayo contrasta con la forma de vivir del presidente del país, el ex guerrillero José Mujica, que por decisión propia ha convertido en residencia presidencial una chacra (granja) en la que cultiva flores y hortalizas.

Además, el salario mínimo en esta pequeña nación de poco más de tres millones de habitantes es de 7.600 pesos (unos 380 dólares). Otra de las personalidades que se dejó ver por José Ignacio este año fue Sean Parker, uno de los fundadores de Facebook, quien llegó en un avión particular para gastarse 150 mil dólares por alquilar una casa durante diez días.

El turismo

El aeropuerto de El Jagüel, de Punta del Este, ha recibido este verano 10 helicópteros y 50 aeronaves privadas, cuyo valor, sumado al del más de medio millar de yates que anclaron en la marina de la localidad, fue estimado en 1.000 millones de dólares por la prensa local.

Lugares exclusivos

Además del Fasano, el otro hotel más exclusivo de la zona está en los alrededores de José Ignacio y se llama Estancia Vik. Esta estancia ganadera de 1.400 hectáreas, inaugurada en 2008 por el empresario noruego Alexander Vik, es una suerte de casa-museo con obras de los más afamados artistas uruguayos contemporáneos en las habitaciones y los espacios comunes.

Sus clientes pueden montar a caballo, disfrutar de un partido de polo o, si quieren ver el mar, acercarse al otro hotel de la empresa, Playa Vik, a pocos minutos de allí, para disfrutar de sus piscinas de fondo infinito.

¿Y la crisis? Irala argumenta que no sólo no se ha sentido en la zona, sino que incluso ha beneficiado al sector, pues los inversores europeos buscan “activos sólidos en los que refugiarse” y la costa este uruguaya “no tiene una ganancia explosiva, pero es una inversión segura”.

Prueba de ello es el Setai, el siguiente proyecto de Terramar Christie’s, que a partir del año que viene tendrá un exclusivo hotel en primera línea de mar en José Ignacio y 40 lotes de entre tres y cinco millones de dólares.

1.300
dólarespor noche puede llegar a costar una habitación en temporada alta en villa José Ignacio.

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