domingo, 8 de octubre de 2017
Turismo religioso en Bolivia: aún no se aprovecha todo el potencial que tiene
Durante dos días, el martes 3 y el miércoles 4 de octubre, San José de Chiquitos se convirtió en la sede del XIII Congreso Internacional de Turismo Religioso y Sustentable, que aglutinó a representantes de países como Argentina, Paraguay, Brasil y Honduras, quienes hablaron de sus experiencias en este campo, de cómo se aborda el turismo en sus regiones y la importancia que este tiene en el desarrollo de sus respectivos países.
Alcaldes y autoridades de ciudades y municipios de Bolivia creen que el turismo religioso aún no tiene la fuerza que hay en otros países, como Paraguay o Argentina, sin embargo, creen que se ha avanzado mucho y consideraron este congreso como un gran respaldo importante a lo que vienen haciendo.
Germaín Caballero, alcalde de San José, indicó que las Misiones Jesuíticas de Chiquitos -declaradas en 1998 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco- se han convertido en el destino más visitado en Santa Cruz y en el segundo de Bolivia, después del Salar de Uyuni.
Sobre el trabajo de su municipio, Caballero expresó que desde que se comenzó el trabajo de recuperación y valoración del patrimonio histórico cultural, vinculado al entorno de cultura viva y naturaleza que tiene la región, se han ido logrando avances significativos. “Estos avances han sido acompañados por el sector privado que genera servicio, lo cual también genera condiciones para el turismo de forma integral”, explicó Caballero.
San José, junto a otros siete municipios chiquitanos, son parte del Plan Misiones, que, junto a otras instituciones locales y nacionales preservan y difunden este territorio. Marcelo Vargas es su director, y aunque sabe que el manejo del turismo religioso ha mejorado, reconoce que falta mucho. “El territorio chiquitano históricamente tiene una condición católica muy fuerte, esto quiere decir que todas las actividades religiosas, como festividades, fiestas patronales y de Semana Santa, funcionan muy bien, con mucha afluencia de gente local, con todo el fervor que tienen las mismas”, explicó Vargas, que señaló además que todo esto tiene mucho potencial para el turismo religioso, pero que todavía no están preparados para ello. “Lo que falta es convertirlas en un producto”, dijo el director del Plan Misiones. “También hay mucho potencial para hacerlo más sostenible y tener -aparte de las festividades patronales- liturgias que puedan ser convertidas en productos religiosos, como por ejemplo, tener una orquesta en la misa del domingo, o el cabildo indígena realizando algunos ritos, esto le dará un complemento cultural al turismo religioso”, siguió Vargas.
Mirada institucional
Eduardo Mérida, alcalde de Quillacollo, también estuvo en San José dando a conocer el trabajo que hacen con el turismo religioso en su municipio, que tiene en la entrada de la Virgen de Urkupiña, el 14 de agosto, la festividad más importante del año. “La principal atracción que tenemos es el templo de San Ildefonso, que es la cara de Quillacollo hacia el mundo”, señaló el alcalde Mérida.
“Urkupiña no solo se reduce al 14, 15 y 16 de agosto. Urkupiña es prácticamente todo el año, porque ya no es una fiesta que es solamente de la ciudad de Quillacollo, la fe y la religión hace que todo el año vayan turistas”, enfatizó la autoridad municipal, quien agregó que lo negativo de esto es que esa gente solo visita el templo, no se quedan muchos días en Quillacollo. “Tampoco nosotros hemos tenido la capacidad ni la visión como la tienen en otros lados, de poder generar hotelerías, lugares donde el turista pueda comer y quedarse temporalmente”.
Sin embargo, Mérida también reclama más atención de parte del Gobierno boliviano hacia esta clase de turismo. “Ni siquiera hay feriados para una mejor afluencia de gente. Este año Urkupiña se celebró lunes, martes y miércoles y no nos dejaron declarar feriado ni a los municipios locales”, dijo el burgomaestre.
El destacado historiador Fernando Cajías participó del congreso de turismo religioso exponiendo sobre algunos sitios de Bolivia y sus particularidades. Para Cajías este turismo tiene varias formas, una de ellas es el desplazamiento de personas con el fin cultural y religioso. “En ese sentido hay que tomar en cuenta las diferentes manifestaciones a través de las expresiones culturales que tiene la fe”.
Cajías resaltó que en Bolivia hay mucho arte religioso, desde las culturas prehispánicas se puede decir que muchas de sus manifestaciones son de carácter religioso. “Pero a la vez hay una enorme cantidad de obras de arte que constituyen el arte sacro católico; por otro lado está lo que se conoce como cultura viva, la fe viva, y ahí tenemos en Bolivia sobre todo los rituales, que provienen de los pueblos originarios, y también las grandes fiestas patronales, como la de la Virgen de Urkupiña, la del Socavón de Oruro o la de Guadalupe, de Sucre, que ya no convocan solamente por la fe, sino por el folclore”.
Cajías nombró otras de estas fiestas patronales, como la de la Virgen de Cotoca, en Santa Cruz, que sí son puramente religiosas. “Todas estas expresiones culturales relacionadas con la fe se convierten en atractivos turísticos. A partir de esto, yo creo que en los últimos tiempos, sin necesidad de haberlo planificado, porque es algo muy espontáneo, el turismo religioso ha crecido enormemente, esto porque las expresiones se han vuelto en unos casos masivas”, dijo Cajías.
Sobre la labor que debe tener el Gobierno nacional en la fomentación del turismo religioso, Cajías explicó que desde 2009 y con la nueva Constitución y luego la Ley de Autonomías, se establecen varios niveles: el central, el departamental y el municipal y el de las autonomías indígenas. “Cada uno de estos niveles tiene que ir cumpliendo. Indudablemente, cada una de las festividades tiene una fuerte carga de responsabilidad local, pero por otro lado hay que pedir que el Gobierno central, sobre todo en la labor que más le compete, que es la promoción a nivel internacional, colabore a todas las fiestas”.
La presidenta de la Cámara del Turismo de Paraguay, Olga Fisher, dijo que la corriente del turismo religioso crece cada vez más en Latinoamérica, por eso es importante buscar sitios oficiales o agencias de viajes especializadas que puedan vender el lugar.
“Para poder promocionar estos sitios, las instituciones tienen que unirse, generar una planificación y deben buscar aliados, ya que hay turistas en todo el mundo, el problema es que no saben cómo llegar a estos lugares”, reclamó Fisher, quien indicó que en su país también este turismo está en una etapa de desarrollo.
El Congreso de Turismo fue un gran paso para intercambiar experiencias y consejos sobre qué pasos deben dar para mejorar.
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