viernes, 11 de marzo de 2011

El Castillo Azul, la “joyita” de León Rengel

La mansión es habitada actualmente por 12 personas, sin embargo, por detrás se tejen diversas historias, leyendas y mitos

El Castillo Azul es uno de los patrimonios de Tarija, sobre el cual se tejen diversas leyendas del pueblo y su dueño. Se dibujan cuadros y se crean versos con esta obra arquitectónica que capta la atención de las personas propias del lugar como también de turistas que pasan por la calle Bolívar. ¿Qué hay detrás del Castillo Azul? ¿Quiénes viven en la actualidad? ¿Qué historias hay detrás de esta infraestructura que viene del siglo XIX?

Cabe mencionar que el Castillo tiene muchas historias que se tergiversaron a través del tiempo, por ejemplo, que servía como un banco privado que emitía su propia moneda papel, o que el parque Bolívar era el principal jardín del castillo. Sin embargo, ninguna es cierta.

El actual propietario es don León Rengel Martínez, quien se dedica al negocio del comercio exterior, interno, hotelería e industria de cerámica. Él vive en este lugar junto a su familia, integrada por doce personas, quienes utilizan los ambientes de manera privada.

El Castillo constantemente es sometido a mantenimiento y se trata de conservar el diseño original mediante fotografías. Hay cosas intactas, como algunas puertas, y cuadros de pintura. Por ello es que Rengel recibió reconocimientos a nivel internacional por preservar el Castillo Azul, por ejemplo, plaquetas recordatorios de Perú, Colombia, entre otros.

En realidad la casa es privada, pero pueden visitarla turistas, previa coordinación con el dueño. Es decir, que reciben grupos de visitantes, no todos los días porque el Castillo no está abierto al público.

Los arreglos y el pintado del Castillo los paga León Rengel de manera personal. No quiso dar detalles de los gastos porque es parte de su cariño a favor del patrimonio de Tarija, ya que representa algo único en su vida. Lo llama la “joyita”.

En este sentido, es que no tiene pensado vender el Castillo o convertirlo en un museo, aunque le ofrecieran una gran cantidad de dinero. Pero está presto a ceder sus espacios para realizar actividades culturales en sus salas, como presentaciones de libros.

El Castillo continuará como propiedad privada. De todas maneras, don León tiene la intención de conseguir una galería de fotografías de personajes de Tarija como, ex presidentes y ex alcaldes destacados, para luego instalar una biblioteca y exponer los libros que tiene de colección, que servirán para impartir conocimientos a las nuevas generaciones.

“El Castillo es un atractivo único de Tarija. Los países europeos tienen sus castillos y los saben preservar, lo mismo ocurre en Tarija. Esta obra es interesante porque tiene sus singularidades especiales”, mencionó.

¿FANTASMAS?

El propietario comentó que en un tiempo se escuchaban ruidos en el interior del Castillo, por ejemplo, golpes en las puertas en horas de la noche, antes de dormir. No solamente don León escuchaba los sonidos raros, sino también gente ajena que visita y se quedaba en el lugar.

“Estos ruidos eran constantes, por lo menos una vez al mes, pero dejaron de escucharse hace un año. Incluso yo tenía que pasar las puertas de costado para respetar el camino de quienes tocaban las puertas”, indicó.

Otro hecho que llamó la atención es que hubo una persona, hace años, que sacó una fotografía al Castillo de la vereda del frente, en pleno atardecer, y la imagen mostró una virgen por encima de la infraestructura.

El Castillo sirvió para reuniones familiares y cenas con distinguidos artistas y autoridades a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, recuerda la visita de los alcaldes de Jujuy, Salta y Palpalá. También se acuerda de la exposición de libros de autores tarijeños después de culminar la restauración. Asimismo, se realizó una cena con autoridades de la universidad de Japón.

CUADRO

BREVE RESEÑA HISTORIA

El Castillo Azul está sobre la calle Bolívar y perteneció a don Moisés Navajas (comerciante con riquezas en Tarija) en el Siglo XIX. El edificio fue construido inmediatamente después de terminar la Casa Dorada, en aquella época de impulso económico. El Castillo Azul tenía un gran parque al lado, que llegaba hasta lo que es hoy la Facultad de Odontología.

Esta infraestructura fue diseñada y construida por los hermanos Camponovo, y cumplía las funciones de casa de campo, porque estaba rodeada de jardines y plantas traídas de diferentes partes del mundo, que fueron encomendadas por los esposos Navajas.

El actual propietario del Castillo Azul es León Rengel Martínez, desde 1966, es decir, hace 44 años. El inmueble lo adquirió de la señora Luz Morales Echazú, quien tenía cierto parentesco con la familia Navajas y obtuvo el Castillo por herencia. En aquella ocasión, el Castillo fue vendido en 150 mil bolivianos, lo que incluía todo el inmueble, en un área de 1.600 metros cuadrados.

Durante 10 años, el actual propietario se ocupó de restaurar todo el Castillo debido a la falta de material de acabado fino en Tarija. Cuando la obra estuvo terminada se reinauguró mediante una exposición de libros de autores tarijeños.

DESTACADO: “En realidad la casa es privada, pero pueden visitarla turistas, previa coordinación con el dueño. Es decir, que reciben grupos visitantes, no todos los días, porque el Castillo no está abierto al público”.

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