lunes, 26 de agosto de 2013

DESTINOS Dubrovnik, increíble pero real

HISTORIA Y BELLEZA | ESTÁN PRESENTES EN CADA RINCÓN DE ESTA CIUDAD CROATA QUE NI LA GUERRA PUDO DESTRUIR.

Para los croatas la antigua Ragusa (su nombre original) es hoy, con orgullo, la “perla en el Adriático”. Dubrovnik fue fundada en el año 614 y, pese a la brutalidad de su guerra independentista entre los años 1991 a 1995, su historia y belleza se mantienen intactas en cada rincón, lo que la hacen ser una ciudad-museo y un escenario viviente, sobre todo en su casco antiguo rodeado por murallas medievales de 1.940 m de longitud y 25 m de altura, abiertas al público como la mayor atracción.

Pese a no ser una de las urbes principales de Croacia y mucho menos tener una gran población (unos 60.000 habitantes aproximadamente), Dubrovnik se llena de turistas todo el año por su título de Patrimonio Histórico de la Humanidad, otorgado por la Unesco en 1979. Para ellos y disfrute de su gente acogedora, la municipalidad organiza anualmente una serie de eventos culturales y festivales donde no puede faltar la música renacentista con orquestas de cámara y bailes característicos de la región dálmata.

Dubrovnik es una magnífica opción para aquellos que buscan vacaciones activas. El viajero boliviano tiene incluida su visita en los cruceros de la naviera Royal Caribbean, con la línea Celebrity, partiendo de Barcelona (España) o de Venecia (Italia). Cualquiera de los inicios derivará en una fantástica experiencia. Llegar a la costa y apreciar las casitas y hoteles que parecen flotar sobre ella, ya es un deleite visual. Tras el fin de la Guerra de los Balcanes, los inversionistas locales sacaron provecho de la belleza de la ciudad y de la zona donde cayeron bombas y el terror de la muerte estuvo presente. Así, su arquitectura, entre vetusta y moderna, se fusiona a la perfección con la belleza de su emplazamiento geográfico, en la escarpada costa croata, ofreciendo al viajero que llega a ella en barco espléndidas vistas de sus acantilados y de sus playas bañadas por aguas cristalinas.

Solo al cruzar la Puerta de Pile, la principal entrada de la ciudad fortificada, que, por cierto a cualquier niño le puede parecer el ingreso a un cuento de hadas, aparece la Fuente de Onofrio, cuyas cabezas pétreas botan agua por sus bocas desde 1438. Inmediatamente ocurre lo impensable: se empieza a caminar por una calle completamente de mármol, la de la Placa o Stradum, la vía principal que ha sido cruzada por venecianos, turcos y por el mismísimo Napoleón. Ante ella, imponentes e imperturbables al paso del tiempo, se alzan la Torre del Reloj y la Columna de Orlando, desde donde se anunciaban las noticias al pueblo. Un poco más al fondo, la iglesia de San Blas cierra la plaza. Fue construida en 1715 para sustituir al templo anterior que se hundió tras un terremoto. Para recuperarse del recorrido hay que ir hacia la barroca catedral de la Asunción de la Virgen y contemplar sus interiores magistralmente elaborados con madera y pan de oro de los siglos XV y XVI.

Si bien la ciudad vieja puede ser recorrida en una hora, con tanta historia por conocer el paseo se extenderá un poco más; esto dependerá de los minutos que dedique a sus compras de recuerdos y de que no le apetezca sentarse en los restaurantes y cafés de sillas de metal y cojines multicolores asentados en sus pintorescas e intrincadas callejuelas.

En Dubrovnik, a cada paso hay algo interesante que ver. Caminar por las murallas es sencillamente espectacular. Se disfruta de la vista del mar, de las calles, casitas y de fuertes que sirvieron para defender la ciudad de las incursiones en época medieval. Por cierto, en el bombardeo de 1991, sobre estas imponentes estructuras construidas entre los siglos XIII y XVI, cayeron 111 bombas. Pero en todo el recorrido no queda ni un cascote de recuerdo. Un equipo internacional de mamposteros e historiadores restituyó este emblema de la ciudad piedra a piedra.

Hacer una lista de entre tantos lugares que vale la pena visitar es sin duda un desafío. El tesoro de la catedral conserva objetos meticulosamente esculpidos entre los siglos XI y XIX, mientras que en el Museo del Monasterio Dominico se conserva una colección de imágenes de maestros locales de las escuelas pictóricas de los siglos XV y XVI. El Palacio Ducal exhibe una colección de objetos de arte, muebles, porcelana y accesorios de la primera farmacia del mundo, la Domus Christi, fundada en el año 1420. El recorrido por esta fascinante ciudad estará matizado por los músicos callejeros repartidos a lo largo del trayecto. ¡Es un placer escucharlos! La naturaleza ha sido muy generosa con la costa de Croacia. Pasear por su puerto y playas y hacer excursiones a los pueblos cercanos son actividades que no nos dejarán ni un minuto de aburrimiento. Partiendo desde la ciudad se pueden encontrar lugares tan hermosos como el valle de Konavle, el enclave perfecto para practicar deportes al aire libre como equitación, senderismo, safari en jeep, cabalgatas y kayak. Otra razón importante para visitar Dubrovnik es, sin duda, su clima mediterráneo cálido, seco y suave. La temperatura media anual es de 18º C. Todo esto favorece la diversidad de la flora subtropical, donde las hierbas aromáticas, famosas en la región, conviven con pinos, viñedos y olivos. Y como los olores conducen a la comida, hay que hacer notar que la gastronomía del lugar es rica y variada, con el sabor del mar presente en casi todas las recetas, muchas de ellas pasadas de una generación a otra.

Si se cansó al final del recorrido, recuerde que Dubrovnik lo espera para una próxima oportunidad, como uno de los destinos más atractivos del Mediterráneo, tan inolvidable como su historia.

DESDE BOLIVIA A CROACIA

Royal Caribbean (en Bolivia representada por Viajes Espacial) ofrece cruceros por el Mediterráneo de su línea Celebrity, con una visita incluida a Dubrovnik. La oferta está vigente todo el año partiendo de los puertos de Barcelona (España) y de Venecia (Italia). Las autoridades portuarias locales solo requieren el pasaporte para el desembarque en el puerto; el mismo que será solicitado por la tripulación del barco la noche antes de la llegada.

Del puerto a la ciudad antigua hay una distancia de 10 minutos en modernos autobuses. Los boletos se compran en quioscos apostados en el mismo muelle a razón de dos dólares para la ida y el regreso. No se preocupe por el idioma: aunque la lengua oficial es el croata, la mayoría de las personas dedicadas al turismo entienden el español.

CONSEJOS PARA EL VIAJERO

1 Lleve zapatos planos y ropa cómoda para una caminata larga

2 Protéjase del sol con gorras, sombreros, gafas y protector solar

3 Apenas baje del barco, provéase de moneda local (kuna); en ninguna parte de la ciudad le recibirán dólar o euro

4 En el barco le proveerán de mapas en inglés y español, así como de sugerencias de los lugares para visitar. No olvide llevarlos si es que ha decidido hacer el paseo por cuenta propia. El barco cuenta con excursiones guiadas

5 No olvide su cámara fotográfica con batería llena.

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