domingo, 25 de noviembre de 2012

Vecinos piden ayuda para preservar el centro histórico

“Preservar nuestra ciudad es tarea de todos” y “hay que exigir, pero también incentivar” se han convertido en las dos premisas de los vecinos del casco viejo, en el centro de la ciudad de Cochabamba, que son propietarios de gran parte de nuestro patrimonio histórico.

Y es que los vecinos de la zona más antigua de la ciudad han coincidido en señalar, por separado, que se encuentran dispuestos a cumplir al pie de la letra todas las políticas destinadas a la preservación del centro histórico y patrimonio local.

Pero, también coinciden en solicitar que las políticas municipales y departamentales -que impulsen la Gobernación y la Alcaldía de Cercado-, tengan una buena dosis de incentivos para que los propietarios se ajusten a la norma sin que ello suponga un golpe a su economía.

Actualmente se desarrolla una catalogación de los 38 manzanos que comprenden el centro histórico de la ciudad de Cochabamba, como parte del Plan de Preservación que impulsa el municipio.

Este plan tiene por objetivo frenar la destrucción de las edificaciones históricas, basándose en un registro completo de todas las edificaciones del centro, sus características y la forma de preservación a la que deben someterse.

En la última década se ha perdido más de un centenar de edificios históricos que dieron paso a edificios modernos, según datos de expertos en patrimonio.

TRABAJO COORDINADO Por otro lado también existen casonas deterioradas por la acción natural de una falta de manutención. A ello se suma el descuido en el que transitan otras edificaciones históricas que pasaron de alguna forma a la administración del Estado.

Pese a esto los vecinos están dispuestos a ayudar, pero aseguran que no pueden hacerlo sin el apoyo de las autoridades. Por ejemplo la familia Rodríguez cuya propiedad data de inicios del siglo XIX y que actualmente conserva uno de los dos patios con los que contaba originalmente.

“La verdad no hemos tenido ningún tipo de incentivo. Hay muchas restricciones y los impuestos del centro son los más caros. No podemos hacer ninguna mejora en el inmueble pero en otros lados logran derrumbar casas y hacer cosas que supuestamente están fuera de norma”, explica Marcelo Rodríguez, a tiempo de recordar que una repintada de fachada llega a costar hasta 5.000 dólares.

“A unos nos exigen y a otros no les dicen nada”, reclama otro vecino del centro que pidió mantener su nombre en reserva.

“Cuando reclamamos hasta nos quieren sacar fotos” asegura.

Él es propietario de una casona que data de 1812, cuya fachada está prácticamente intacta y bien conservada, pero que en el interior ya modificó su estructura dando curso a unas tiendas comerciales.

“Solo saben pedir y pedir impuestos pero no quieren dar nada para que la belleza del centro de la ciudad se pueda mantener, ni siquiera nos bajan un centavo los impuestos”, asegura. Y explica que algunas edificaciones que son del Estado están totalmente deterioradas, pintarrajeadas y sin el mantenimiento que es obligatorio por ordenanza municipal.

Entre estas viviendas que se han adecuado al desarrollo económico y comercial del centro de la ciudad y que han conservado su parte frontal con el estilo que originalmente fueron creadas, se encuentra la de la familia Galindo, en la calle General Achá.

Allí se ha implementado una galería comercial que no afecta la estética del edificio. Sin embargo, su propietario, Eduardo Galindo espera que las políticas de preservación de las autoridades apoyen a los vecinos.

“Creo que se está trabajando en una catalogación de las viviendas del centro. Ojalá que se pueda incentivar a la gente, la Alcaldía puede rebajar los impuestos, por ejemplo” dice Galindo.

Una de las casas más antiguas de Cochabamba que aún conserva gran parte de su estructura original y cuyo valor histórico ahora es casi incalculable es la de la familia Anze, en plena plaza 14 de Septiembre. A lo largo de más de dos siglos de historia se ha podido observar la misma fachada con balcones y un detalle que cautiva en su primer patio en cuyo centro se erige una escalera de doble ala que comunica con el segundo piso. Sin embargo existen otras viviendas, como es el caso de una a media cuadra de la Plaza Principal, que se alista para una “remodelación” que en teoría no va a alterar la fachada y se va a ajustar a la norma de preservación, pero el desalojo de los comercios en su ingreso sugieren lo contrario.

Trabajan sistema de catalogación

Registrar todas las viviendas de los 38 manzanos y describirlas en su situación actual, además de proyectar las formas de intervención, si es que pueden sufrirlas, para evitar que se siga deteriorando el patrimonio histórico de la ciudad de Cochabamba, es la tarea en la que viene trabajando la Alcaldía. Esto se realiza a través de la configuración de un sistema de catalogación cuya conclusión se prevé para el mes de marzo de 2013 y que además forma parte de un plan municipal de preservación que tiene otros elementos como la creación de sistemas de señalización y reglamentos para espacios publicitarios que no afecten la estética de la ciudad, entre otros elementos.

El director de la unidad de patrimonio territorial, Gustavo Siles, explica cómo este sistema de catalogación es la piedra angular de dicho plan y cómo será este el inicio de una verdadero sistema inegral para la presrervación del centro histórico de Cochabamba.

“Hay que completar el reglamento de la Ordenanza Municipal 1061 de 1991 con una ficha de catalogación. Hemos contratado una consultoría para la implementación de ese sistema de catalogación”, dice.

Siles sostiene también que se está identificando los inmuebles en todos sus límites y que a cada inmueble se le asigna un código. Ese código va a tener su ficha para que pueda ser identificado en el plano general de la ciudad. “De manera que en la ficha se va a especificar las características del inmueble, el tipo de intervención y las normas a ser aplicadas para cada caso”, dice y considera que con esta normativa se estará completando la Ordenanza Municipal 1061 para trabajar en la preservación.

Revalorizar el reglamento es un paso clave

El arquitecto Oswaldo Montaño, exasesor técnico del Concejo Municipal de Cercado y proyectista de la Ordenanza Municipal 1061 del año 1991, explica que el descuido del centro histórico de la ciudad es evidente, y asegura que en gran parte también se debe a que lo político se interpone en lo técnico-histórico.

P: ¿Cómo se debe encarar la defensa del patrimonio histórico de la ciudad?

R: Creo que es importante revalorizar el reglamento del centro histórico, es decir, hacer que vuelva a tener la fuerza legal y administrativa. Después es solo voluntad y con eso no se puede hacer nada. Hay que hacer una revalorización de los sitios arquitectónicos que aún quedan.

P: ¿Qué papel juegan los vecinos en esta tarea?

R: En el reglamento se había previsto que la gente que mantenga, restaure y revalorice su sitio arquitectónico no pague impuestos o tenga algunos incentivos. Incluso si fuese algo serio se puede gestionar un crédito bancario para realizar una restauración profesional porque de momento lo único que se hace es repintar una casa y nada más.

P: ¿Una restauración profesional?

R: Sí, es necesaria una restauración profesional. Debe haber un compromiso serio de la Alcaldía que tiene que poner a disposición de quienes van a restaurar, a sus técnicos para supervisar las tareas.

Esto se hace en cualquier país de Latinoamérica, esta es la única manera de preservar y restaurar seriamente nuestro patrimonio histórico. Es una tarea difícil por cierto, hasta quijotezca pero demanda mucho compromiso no solamente de las autoridades, sino también de los cochabambinos.

P: ¿Cuánto compromiso demanda?

R: Muchísimo. Una restauración profesional puede resultar más cara que una nueva construcción, entonces no solo debe haber compromiso, sino también apoyo. Tiene que partir de las autoridades, sacando una ley nacional para que las autoridades tengan no solamente voluntad, sino también la obligación de cuidar el patrimonio.

Cochabamba se convierte en una ciudad sin identidad

Desde el año 2000 hasta la fecha Cochabamba ha perdido más de un centenar de edificaciones que por sus características constituían parte del patrimonio histórico arquitectónico de la ciudad.

Entre las principales pérdidas podemos señalar la Casa Art Nouveau que se encontraba en la Jordán y Ayacucho, el antiguo materno Infantil Germán Urquidi ejemplo del movimiento moderno en Cochabamba, la Casa Art Nouvau en El Prado, reemplazada por la construcción de un Banco. Asimismo la casa Art Nouveau de la plazuela 4 de Noviembre que ahora es un gran edificio de departamentos, viviendas diversas, como el caso de la que se encontraba en la calle España esquina Colombia y otras más que formaban parte del patrimonio arquitectónico del Siglo XX en Cochabamba que han desaparecido para ser remplazadas por edificaciones cuya estética no representa la identidad local, más al contrario son propuestas de emergencia que satisfacen la demanda mercantil de los propietarios y que su presencia ha alterado la imagen urbana de la ciudad y en consecuencia han degradado el paisaje cultural. Cochabamba se está transformando en una ciudad con identidad indefinida y heterogénea, con un patrimonio arquitectónico débil en su centro histórico. Las consecuencias de esta situación son fáciles de predecir, pues al no contar con una identidad definida la ciudad pierde sus valores patrimoniales e identitarios y pierde la gran oportunidad de ser un atractivo cultural generador de grandes movimientos económicos, como ocurre en otras ciudades del mundo; donde la principal actividad económica se encuentra en los centros históricos.

Por otra parte no solo estamos perdiendo nuestro patrimonio histórico, sino que tampoco estamos construyendo el patrimonio contemporáneo con verdadera identidad local.


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