domingo, 17 de agosto de 2014

Los dominios del Parque Sajama

La Capilla Sixtina de Curahuara, el nevado Sajama, las aguas termales y los géiseres, además de las costumbres

socioculturales, son parte de los atractivos turísticos más relevantes que atesora el municipio de Curahuara de Carangas.

A pesar del frío invernal que reina por estas épocas en el occidente del altiplano orureño, buscar el equilibrio entre la aventura y las tradiciones culturales no tiene por qué ser una misión imposible.

Por citar un ejemplo, la provincia Sajama, donde se asienta el municipio de Curahuara de Carangas y, en cuyo espacio geográfico alberga al Parque Nacional Sajama, se encumbra como una de las mejores opciones para cumplir con esos propósitos, por atesorar en su seno de un rico legado de costumbres socioculturales, así como de innumerables parajes naturales que deparan una serie de aventuras y sorpresas.

En una gélida mañana

Son las cinco de la madrugada. Mientras la población paceña aún descansa en la calidez de sus hogares, en una gélida mañana, una delegación de periodistas provenientes de todo el país, a la cabeza del Viceministerio de Turismo, alistan las mochilas para viajar rumbo a la población de Curahuara de Carangas y de ahí al Parque Nacional Sajama.

Serán dos jornadas de travesía turística marcadas de mucha emoción y aventura. El motivo del viaje: el lanzamiento del destino turístico “Parque Nacional Sajama”.

Travesía turística

Esta aventura comienza en la ciudad de La Paz, para después tomar la carretera internacional Patacamaya-Tambo Quemado, siendo la primera parada en el kilómetro 103, donde se encuentran cerca de una decena de torres funerarias, comúnmente conocidas como chullpares.

Estas reliquias arqueoturísticas se encuentran dentro la jurisdicción del departamento de La Paz, pero dada su ubicación y su importancia arqueológica, el lugar es bastante visitado por los turistas de tránsito al Parque Sajama.

Por eso mismo, el Viceministerio de Turismo ha previsto implementar tres proyectos: la construcción de dos miradores, paraderos de interpretación y tres carteles viales turísticos.

Después de unos 30 minutos de parada proseguimos la travesía rumbo a la población de Curahuara de Carangas.

A medida que la caravana prosigue su recorrido por un camino asfaltado, el paisaje a pesar de presentar un panorama agreste, escaso de vegetación, pero no deja de ser atractivo a la vista, debido a la abrupta configuración de la tierra en formas anticlinales y coloraciones rojizas, entrelineadas de blanco y gris.

En el horizonte, con su presencia señorial, nunca deja de acompañarnos durante todo el viaje la figura emblemática del nevado Sajama, uno de los más altos de la cordillera Occidental, y nuestro destino final.

Curahuara de Carangas

A eso de las 10:00 de la mañana llegamos al pueblo de Curahuara. El tronar de los bombos y las dulces melodías de los sicus, que a ratos parecen disputarse la fiesta con la suave aura altiplánica, son los encargados de darnos la bienvenida.

La hospitalidad de los comunarios se deja sentir. Sorprende ver cómo la población, a la cabeza de sus autoridades originarias, políticas y militares se han organizado para esta convivencia comunitaria, dándonos a entender que esto es apenas una pequeña muestra del significado del “turismo comunitario”.

Para reafirmar ese mensaje, dos grupos autóctonos ataviados de sus mejores galas festivas animan la mañana, mientras otros exhiben la textilería trabajada en fibras de llama, alpaca y vicuña.

Minutos después la comitiva es dirigida a la famosa “Capilla Sixtina”, donde el párroco Gabriel Antequera aguarda para hacernos un tours por este monumento religioso.

Capilla Sixtina del Altiplano

Tan solo ingresar a la iglesia Santiago de Curahuara de Carangas, más conocida como la “Capilla Sixtina del Altiplano”, sorprende ver los singulares murales que dan vida a los pasajes del Antiguo Testamento, donde se puede apreciar la creación, el éxodo, cielo y infierno, el Apocalipsis, amén de otras muestras más que han sido trabajadas para evangelizar a la población de estas regiones durante la conquista ibérica.

Construido a fines del siglo XVI, este monumento religioso de data colonial, a más de 400 años de su existencia, en la actualidad permanece incólume como silencioso testigo del pasado histórico de los agustinos en esta parte del altiplano.

Se cree que quienes llegaron a plasmar estas representaciones iconográficas, conocían muy bien la Capilla Sixtina del Vaticano, por eso es que en esta región decidieron realizar una réplica similar a los murales del famoso pintor y artista Miguel Ángel.

hogar de los satinadores

El siguiente destino a visitar es Calachua. Una columna de soldados vestidos de impecable uniforme blanco, portando orgullosos la tricolor nacional, nos indica que estamos en el bastión de los cóndores, el refugio donde se forman los satinadores andinos.

Cabe subrayar que el pueblo de Curahuara no solo es conocido por la Capilla Sixtina, sino también por la Unidad Militar que lleva el nombre de Regimiento Tocopilla, XXV de Infantería.

Digo conocido, porque esta Unidad, durante la época de la revolución de 1952 al 1964 era el lugar de confinamiento de los presos políticos contrarios al gobierno de Víctor Paz, pero con el devenir de los años se ha ido constituyendo en una Unidad de élite donde se forman los andinistas o Satinadores Andinos.

Las palestras de Calachua, distante a unos dos kilómetros al sureste de Curahuara, es donde los militares hacen sus prácticas de escalada en roca.

Hoy con la boga del turismo comunitario, estas rocas también son requeridas por los turistas que gustan de este deporte extremo, el cual es asistido por los militares.

Rumbo al Parque Sajama

El punto final del recorrido es el Parque y las poblaciones a visitar son: Tomarapi, Sajama y Lagunas. En estas tres comunidades la escena se repite. La comitiva de bienvenida es similar que en Curahuara. Cada comunidad, a su turno, se prepara con sus mejores galas para ser parte de este lanzamiento turístico, dejando entrever que el turismo comunitario ya forma parte de su subsistencia económica desde hace tiempo.

Solo así se explica cómo en estas comunidades ya existen albergues, servicio de alimentación y guías. Y ni qué decir de la venta de prendas artesanales. Es más, varios de los guías hablan francés, porque a decir de ellos, la mayor cantidad de turistas que llegan son franceses.

a los pies del Doctor Sajama

Hablar del génesis de los parques, sin duda es hacer referencia al Parque Nacional Sajama, uno de los primeros en ser creado en el país, mediante decreto supremo del 2 de agosto de 1939, durante la presidencia del Tcnl. Germán Busch Becerra.

El objetivo inicial para la creación del Parque fue la conservación del bosque de keñua (Polylepis tarapacana) que cubre más de 10 mil hectáreas y que crecen por encima de los 5.200 metros sobre el nivel del mar constituyéndose en la formación leñosa más alta del mundo.

Hoy todas las especies de flora y fauna nativa que coexisten dentro los límites del Parque son protegidas.

Concebido desde un principio como Parque Nacional, el 2002, a tiempo de delinear las estrategias del Plan de Manejo, nace la necesidad de recategorizar como Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI).

Componente turístico

La actividad turística al interior del Parque Nacional Sajama se dice que hasta 1997 no era tan conocido, pero ha cobrado importancia gracias a la construcción de la carretera internacional Patacamaya-Tambo Quemado.

A partir de ahí, la promoción turística a esta región ha ido en crecimiento, teniendo como resultado la visita anual de unos 5.000 turistas, entre nacionales y extranjeros. A raíz de ello han surgido varios emprendimientos comunitarios, que hoy comparten su tiempo entre la ganadería camélida y el turismo: dos medios de subsistencia económica.

Los atractivos del Parque se traducen en su diversidad paisajística, como la existencia de los géiseres, aguas termales, lagunas y los glaciales eternos que visten de manto blanco al nevado Sajama, además del Parinacota y el Pomerame, más conocidos como las Payachatas, cuyas cimas hacen de frontera natural con el Parque Nacional Lauca de la República de Chile.


1 comentario:

  1. Agradezco que hayan reproducido esta nota en su blog, pero estaré más agradecido si respetan las fuentes, no solamente de esta nota, sino también de las otras.
    Esto en el marco del respeto al derecho ajeno y sobre todo del autor.

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